El caserío de Lo Blanco se encuentra, en palabras de Vicente Hernández Jiménez, a unos centenares de metros del lugar que ocupaba la desaparecida ermita de San José del Álamo, lugar donde la panorámica es diferente, y donde: “la impresión para el caminante o viajero procedente de Las Palmas es de sorpresa, de un paisaje un tanto seco y de cara al mar, se pasa a otro más humanizado y alegre de casas blancas. Lo Blanco es un mirador del valle de Teror; si el día está claro la visión de todo el diseminado de la villa terorense con las montañas al fondo, es de las más atractivas de Gran Canaria”.
Situado junto al barrio de San José del Álamo, también colinda con el municipio de Las Palmas de Gran Canaria y tiene alrededor de 600 habitantes empadronados en Teror.
En una de sus calles principales se conserva el trazado y pavimento original de uno de los tramos del antiguo Camino Real de las Palmas a Teror, vía que fue escenario de las 45 ocasiones en las que la Virgen del Pino fue bajada a la capital, desde los años 1607 hasta 1815.
“Lo Blanco es un mirador del Valle de Teror”
Vicente Hernández Jiménez. Apuntes terorenses (1990).