El Álamo

Barrio situado a 1,3 km de distancia del núcleo urbano de Teror y a una altura de 567 m sobre el nivel del mar. Su población sobrepasa los 800 habitantes. Se trata de una zona eminentemente agropecuaria, con incipiente reconversión de uso residencial de fines de semana. Las referencias a la zona se remontan al menos a la primera mitad del siglo XVIII, pues las Constituciones Sinodales del obispo Pedro Dávila y Cárdenas (1737) mencionan este lugar, habitado en aquellos tiempos por veinte vecinos (unos 100 habitantes aproximadamente).

Sin duda, el nombre de este caserío responde a la presencia de numerosos ejemplares de Álamo Blanco (Populus alba) árbol originario de Europa, Asia y Norte de África.

El barrio de El Álamo lo cruza de Norte a Sur el barranco de Los Arbejales, extendiéndose desde Los Mocanes hasta el paraje denominado El Quebradero, zona que recibe este nombre por ser el lugar donde se “quebraban” las aguas nocturnas de la Heredad de Tenoya.

El Cronista de la Villa, Vicente Hernández Jiménez, lo describe en su libro Apuntes terorenses (1990) de la siguiente manera: “El paisaje de este barrio es agrícola, sus papas, su trigo y millo fueron el pan de nuestros abuelos. Diseminados por toda su superficie existían muchos alpendes de vacas, era el mundo de la labranza desaparecido en el acelerado proceso de transformación de Gran Canaria entre 1960 y 1973. Unos terrenos feraces regados por las Heredades de El Álamo, Monteverde y El Boñigar, extinguidas en la época de los alumbramientos de aguas indiscriminados”.

Finalmente, es de destacar la presencia de abundantes cruces en las orillas de los caminos y carreteras, ligadas a leyendas y sucesos misteriosos, cuya presencia y recuerdo forma parte de nuestro patrimonio cultural inmaterial. Asimismo, y asociado a éstas, aún se conservan restos del trazado y pavimento original – empedrado – del antiguo camino denominado “De las dos Vegas”, sendero que comunicaba Teror con los municipios de Santa Brígida y San Mateo, y que actualmente siguen empleando los romeros que desde ambas localidades se desplazan a nuestra Villa por el mes de septiembre. 

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