El Estado de Alarma, que nos confina en nuestros domicilios, preserva nuestra salud, lo más importante, pero por otro lado ocasiona efectos indeseados, como el parón de la economía, que conlleva la pérdida de puestos de trabajo y colateralmente problemas en muchas personas vulnerables, para cubrir sus necesidades básicas, tanto de alimentación como de higiene, y así un largo etc. 

La situación es bastante compleja. Aún no sabemos cuál será definitivamente su alcance en vidas humanas ni tampoco en el impacto final en la economía. Pero lo que sí sabemos es que esto afecta a toda la ciudadanía, territorios y naciones por igual, ello nos hace concebir la esperanza y casi la certeza de que las Instituciones públicas y privadas, emplearán todos los recursos necesarios para revertir lo antes posible esta inédita y devastadora crisis.

En Teror, acostumbrados a la constante afluencia de personas en nuestras calles, tanto de terorenses que realizan su vida cotidiana, como de miles de visitantes de cualquier lugar de la geografía insular, regional, nacional y del mundo entero, nos resulta extraña esta situación, de calles desiertas, comercios cerrados, espacios culturales, plazas y parques sin actividad. Hasta la Basílica, nuestro lugar más emblemático, tiene cerradas sus puertas por lo que a la Virgen del Pino no la podemos ver para buscar ese consuelo espiritual que nos da su presencia. Aunque eso sí, no la vemos, pero la sentimos.

En definitiva, hay mucha inquietud y preocupación mientras esperamos que los grandes héroes, que son esos profesionales de la sanidad, nos saquen de esta situación sanitaria. Luego ya vendrán los momentos de la alegría, de sentirnos bien en lo físico, y momentos de tristeza y angustia que nos afectará en lo emocional. Todo ello nos pasará factura, pero volveremos a luchar como lo ha hecho siempre la gente de nuestra Villa, donde el esfuerzo, el sacrificio, la generosidad y la responsabilidad forman parte de su identidad. Teror es especial, y ahora más que nunca demostrará que nada lo hace desfallecer. La receta está en el trabajo y la unidad de acción. Todos juntos lograremos superar esta crisis con nota y más fortalecidos.

VOLVEREMOS A VERNOS PRONTO EN TEROR. Volveremos a la normalidad. Seguramente será otra normalidad diferente, pero tan válida o más que la que teníamos antes de esta crisis. Reitero lo dicho, con las dificultades también llegan las oportunidades.  Nadie dijo que fuera fácil pero tampoco que fuera imposible. Lo lograremos.