El balcón de tipología canaria fue construido a finales de la década de 1930 en el edificio diseñado por el arquietecto Miguel Martín-Fernández de la Torre.
El Ayuntamiento de Teror ha iniciado la restauración del balcón de madera del inmueble municipal de la Calle de la Escuela nº4, que acoge las oficinas de Servicios Sociales. Desde el área de Patrimonio Municipal, que dirige el edil Ayraldo Montesdeoca, se acomete la restauración, con el objetivo de preservar la carpintería y estructura del histórico balcón.
La restauración consiste en el tratamiento de la madera, mediante lijado, reparación y protección, interviniendo en los distintos elementos decorativos del balcón. La obra contará con un presupuesto de 9.981’46 €
La casa en la que se encuentra el balcón es obra del conocido arquitecto Miguel Martín-Fernández de la Torre. Aunque diseñó La Alameda en 1925, fue el proyecto que en 1931 le encargó el canónigo Miguel Suárez Miranda, que realizó Miguel Martín-Fernández de la Torre y que vendría a sustituir al hogar familiar de los Suárez Miranda en la calle de La Escuela. El arquitecto firmó los planos, croquis y memoria explicativa del proyecto, en septiembre de 1931 especificando que el edificio a construir contaría con un total de superficie cubierta de 272 metros cuadrados.
El balcón, elemento arquitectónico que a partir de esa década y en los años siguientes retomaría un papel importante en las fachadas terorenses, se diseñaba con antepecho de obra y barandal de madera de fuste corto, sobre canes también de obra, sin pies derechos ni zapatas, al estilo de carpintería que conjuntamente con su hermano Néstor, estaba imponiendo en algunas de sus obras de entonces.
El proyecto se aplazó varios años y sería el presbítero Antonio Álvarez Suárez (sobrino del canónigo) quien, en febrero de 1936 solicitaba la licencia para la edificación, con varias alteraciones con respecto al proyecto inicial: ubicación de la puerta de entrada, modelos de ventanas, distribución interior, etc.
Asimismo, al construir el balcón éste se rediseñó siguiendo modelos más tradicionales: antepecho de madera, barandal más estilizado, pies derechos con zapatas, canes de madera, que no aparecían en el primer alzado de la fachada.
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