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Pregón Fiestas Lo Blanco 2006

Pregón Fiesta de Lo Blanco 2006
Por D. Juan de Dios Ramos Quintana
Alcalde del Ayuntamiento de Teror
Leído el 11 de julio de 2006

 

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Estimado Presidente de la Asociación de Vecinos San Valeriano, vecinos y vecinas de Lo Blanco, compañeros de la Corporación Municipal de Teror, ciudadanos aquí presentes que un año más se suman a la celebración de las fiestas patronales de Lo Blanco en honor a San Antonio Mª Claret, muy buenas noches.

Es para mí un gran privilegio estar hoy aquí anunciando las fiestas principales de Lo Blanco y, sobre todo, compartir con ustedes una vez más este acto que marca el inicio de unos días especiales, de encuentro, diversión y entretenimiento entre los vecinos de este barrio del municipio al que tanto cariño profeso.

Agradezco a la Comisión de Fiestas que haya pensado en mí para pregonar la festividad que rinde honores a San Antonio Mª Claret, justo en la fecha en la que tiene lugar el 30 aniversario de esta celebración, que se inició allá por el año 1976.

Parece que fue ayer, pero en estas tres décadas muchas cosas han cambiado para nosotros, para nuestro municipio y para Lo Blanco. Los años nos han dado arrugas pero también muchas cosas buenas y mejoras que han transformado para bien nuestra vida. Y por su puesto, esta fiesta, que en aquella época se inició con un breve programa y hoy día encontramos una gran actividad, desde actos culturales, musicales, deportivos y de animación, a la Romería y la tradicional Feria de Ganado que tanta atención acapara cada año reconocida entre las más destacadas del municipio.

La importante labor que han realizado los vecinos y vecinas de Lo blanco en estos años, es el resultado de esta festividad, que representa la activa participación del barrio en todos sus sentidos.

La Fiesta refleja de alguna manera la implicación de sus ciudadanos en la vida en comunidad. Estos momentos dicen mucho de un pueblo; de cómo se vive la diversión, como se comparte, como se trabaja y se disfruta de las cosas buenas de la vida. También del espíritu de entusiasmo, de fe y de colaboración.

En el caso de Lo Blanco, por lo que he vivido de cerca, no sólo en las fiestas, sino a lo largo de los múltiples encuentros y visitas a este barrio a lo largo del año, reconozco que es un ejemplo de participación ciudadana, que se caracteriza además por su peculiaridad de compartir con dos municipios su población. Quizás esta característica de lugar fronterizo, por llamarlo de alguna manera, le hace tan abierto en sus fiestas, a donde llega gente de distintos lugares acogida con amabilidad por sus vecinos.

Hoy estamos aquí para anunciar que llega la Fiesta de Lo Blanco 2006, la Fiesta del Patrón San Antonio María Claret, que allá por el año 1848 pisó estas mismas tierras que ahora andamos. Que vio con sus ojos y sintió con el corazón los lugares con los que cada día muchos de ustedes se levantan. Y que seguramente soñó con las mismas cosas que deseamos todos, que se resume en buscar la felicidad y el bien para las personas que queremos.

Reconozco que fue un acierto del Alcalde D. Antonio Peña la propuesta de nombrar patrón de este barrio, hace ya 30 años, a este Santo en honor a su paso por Teror y en recuerdo a la huella que dejó entre los terorenses. Y seguramente también a los pocos vecinos que habitaban este lugar por el que transcurre el antiguo camino real a Las Palmas de Gran Canaria, transitado tantas veces por peregrinos siguiendo los pasos de la imagen de Nuestra Sra. del Pino en sus bajadas a la capital.

Según cuentan los documentos de la época, la entrada de “El Padrito” a Teror fue apoteósica, rodeado de multitudes en el momento en el que San Antonio llegó a finales de septiembre de 1848 a las puertas de la Basílica del Pino, para encomendarle todos sus afanes como misionero ante Ntra Sra. del Pino. Igualmente debió ser su despedida, a finales de octubre del mismo año recorriendo el camino por la Fuente Agria, Miraflor, Lo Blanco, San José del Álamo hasta llegar a Las Palmas de Gran Canaria por San Lorenzo y Almatriche.

¡Quién iba a pensar que un siglo después la imagen de San Antonio Mª Claret acompañara a la Virgen del Pino en la Basílica de Teror y en este mismo barrio de Lo Blanco! ¡Y que además fuera copatrono de la Diócesis de Canarias junto a Ntra. Sra. del Pino!

Como Alcalde, me siento honrado de recordar en este momento y en estas fechas la figura de aquella gran persona que llegó a ser Santo por saber conmover los corazones de la multitud en una época de convulsiones sociales, no sólo con sus palabras, sino con sus actos y con su especial don para saber escuchar. No en vano, San Antonio Mª Claret es un ejemplo a seguir por muchos misioneros y predicadores, e incluso los políticos lo tenemos muy en cuenta por su admirable capacidad para llegar a las multitudes y saber afrontar las adversidades.

Imagino que ya habrán oído de pregoneros anteriores su vida y obra. Que Antonio María Claret y Clará nació en Sallent, en Gerona, en 1907 y murió en Francia en 1870. Que abandonó Cataluña durante varios años para realizar un amplio apostolado en distintas partes del mundo, desde Cataluña a las Islas Canarias y Cuba; que se ganó no pocos adversarios en su condena a la esclavitud de los negros y tuvo varios atentados de los que se salvó por milagro en varias ocasiones.

En la Provincia de Santiago de Cuba, y especialmente en la localidad de El Cobre, con la que Teror está hermanado, sus habitantes profesan una gran devoción hacia este Santo que tanto luchó contra la esclavitud.

En mi reciente visita al lugar para recibir las llaves de la ciudad de Santiago, con motivo del décimo aniversario del acto de hermanamiento entre Teror y El Cobre, he podido constatar el importante papel que jugó San Antonio Mª Claret en esta zona de Cuba y lo mucho que hizo por la liberación de personas esclavas traídas del continente africano, además de las muchas premoniciones que pronosticó en la isla caribeña.

Pero lo esencial de San Antonio Mª Claret, y por lo que yo siempre le he admirado profundamente, es su caridad misionera, interesándose por la formación educativa y la situación social de la población en una época de hostilidades para la Iglesia, dejando su semilla en quienes le escucharon.

Resulta extraño hablar de un santo que pudieron conocer nuestros bisabuelos y tatarabuelos, con el que incluso pudieron comulgar y confesar en el mes de octubre de 1848 que permaneció en Teror. Y sin embargo, San Antonio puede estar hoy aquí en nuestros corazones, en ese espíritu de comprensión y justicia que propagó en sus misiones.

Pero si llegara a Lo Blanco en estos momentos, seguro que no reconocería el lugar que visitó hace siglo y medio. Incluso si la visita la hubiese hecho hace 30 años tampoco. Hay que reconocer que Lo Blanco ha cambiado mucho en las últimas décadas. De no tener alumbrado público hace sólo tres décadas y estar habitado por unos pocos vecinos que se conocían prácticamente todos, ha pasado a ser uno de los lugares con mayor crecimiento del municipio, con una población actualmente que supera los 2000 habitantes.

Con la creación en 1973 de la “Asociación Familiar Cruz de Lo Blanco”, que tuvo en sus inicios un carácter religioso, el barrio de Lo Blanco se convirtió en la década de los 70 en pionero del asociacionismo vecinal, aglutinando las zonas de Lo Blanco, Miraflor, San José del álamo, Lomo del Pilón y Las Labradoras, buscando soluciones a las necesidades y carencias de infraestructuras del barrio.

Hay que reconocer el destacado papel que jugaron en los primeros años de democracia las asociaciones de vecinos como elemento de unión y colaboración entre los ciudadanos, con un carácter reivindicativo para mejorar las necesidades del barrio.Yo mismo conozco bien la importante labor que desempeñaron estas asociaciones, porque mis inicios en política también se cimentaron en el asociacionismo vecinal, en Arbejales, que por aquellos años también se enfrentaba a parecidos problemas que Lo Blanco, al ser un barrio de la periferia del municipio, alejado del Casco urbano de Teror.

En las últimas décadas, el núcleo de Lo Blanco se ha ido configurando en torno al cruce y a su calle principal, donde se ha desarrollado el centro urbano y comercial, marcando el punto de expansión del barrio.

Consciente de este crecimiento, el Ayuntamiento de Teror ha ido aportando a Lo Blanco en sucesivas épocas diversas infraestructuras, desde mejora de vías, alumbrado público y alcantarillado, del que carecía hace tres décadas, a instalaciones educativas, sanitarias y espacios públicos para el ocio y tiempo libre.

No cabe duda de que todavía hay mucho trabajo por hacer y cada vez las necesidades se van transformando en función a sus habitantes y al crecimiento de la población. Pero hay que reconocer que vivir en Lo Blanco es un privilegio, y cada vez son más las personas llegadas de otros lugares que deciden fijar aquí su residencia.

Lo Blanco tiene pasado y le espera un largo futuro. Su cercanía a la capital de Gran Canaria le ha convertido en un lugar deseado por muchos ciudadanos que prefieren vivir en el campo con mejor calidad de vida, y que de alguna manera dependen de la ciudad y de las oportunidades laborales, culturales o educativas que ésta ofrece.

Por ello, debemos ser conscientes de este crecimiento. Conservar las tradiciones que nos unen y al mismo tiempo no perder el rumbo del futuro. Es una tarea de los gobernates y las instituciones, pero también de cada uno de los ciudadanos que componen el barrio, que al fin y al cabo son los que dan vida y forma al lugar que habitan con su actitud y su colaboración.

Lo Blanco es un espléndido mirador para ver la montaña y la ciudad. Un lugar compartido entre dos municipios con visiones divergentes: Teror mira hacia el interior, y Las Palmas de Gran Canaria hacia la costa, hacia el exterior. Sin embargo es un lugar de concordia que durante siglos ha sido la puerta a Teror desde Las Palmas.

Por eso, sobra decir en este pregón que Lo Blanco abre sus puertas en estas fechas festivas a sus peregrinos y visitantes, porque sus puertas están abiertas durante todo el año.

Pero sí hay que aprovechar esta festividad para encontrar el momento y salir a la calle a conversar, bailar y cantar con nuestros vecinos. En la Feria, en la Misa o la Procesión, en la Romería, en la carrera de carretones, en los fuegos artificiales, en las actuaciones musicales y los actos culturales, deportivos, o en cualquiera de los eventos organizados por la Comisión de Fiestas. Y que todos podamos disfrutar, conocernos un poquito más y compartir esos momentos que difícilmente encontramos el resto del año.

Me gustaría que al menos estas palabras sirvieran para brindar por un inicio feliz de esta celebración, y para desear a todos una festividad gloriosa, vivida con alegría y al mismo tiempo respeto, donde niños, jóvenes y mayores puedan disfrutar por igual olvidando las fronteras de la edad.

Y dicho esto, queda anunciada la Fiesta Mayor de Lo Blanco 2006 en honor a San Antonio Mª Claret.

¡Qué viva la Fiesta!,
¡Qué venga la Fiesta!

Muchas Gracias

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