Por Conchi Quintana Alfonso
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Buenas noches, deseo saludar a todos y todas, a las autoridades que nos acompañan, a D. Manuel, a los vecinos y vecinas, así como todas aquellas personas allegadas al barrio, sin olvidarme de mis familiares, amigos y amigas. Bienvenidos a todos al inicio de las fiestas, que han comenzado con la misa en honor a San Francisco de Asís y en recuerdo a todos nuestros vecinos, que no están con nosotros, pero que siempre están en nuestro recuerdo.
En primer lugar, doy las gracias a la Asociación de Vecinos por haberme elegida pregonera. Cuando te nombran pregonera, te eligen como representante y portavoz de los valores de tu barrio haciendo que una, sin merecimiento alguno, se sienta distinguida. Este reconocimiento se extiende también a toda la familia a la que pertenezco, incluido mi padre que se encuentra hoy especialmente en mi recuerdo, que murió una víspera de la fiesta principal de San Francisco. Es, por tanto, un honor al que no podía negarme.
Este acto representa para mí, un momento muy especial, no sólo por la responsabilidad que representa, sino porque se va a convertir en una vivencia que difícilmente podré olvidar en mucho tiempo. Pido disculpas, por anticipado, por mi inexperiencia pero espero que mis palabras les llegue de todo corazón, como las he pensado.
Desde los 8 años, que llegué a mi barrio de los Llanos, desde el Quebradero en el Álamo, me he sentido como parte de una gran familia. Mis recuerdos de la fiestas del barrio se remontan a mis años de juventud. Tenía 15 años, cuando se fundó la Asociación de vecinos, allá por los años 77. Recuerdo los bailes en el garaje de Emilito, las verbenas en mi calle, el escenario se colocaba donde está ahora mi casa, las escala nifes que cerraban la calle, tiempos donde no teníamos local y las misas se celebraban en los garajes. Recuerdo especialmente cuando se celebraban en el garaje de mi familia y la imagen de San Francisco de Asís, era la que estaba en el Convento de los monjes Franciscanos de Las Palmas y luego nuestro vecino, don Francisco Cabrera realizó con enorme cariño, la imagen tallada que hoy nos acompaña.
Luego, se inauguró el local de la Asociación de Vecinos. Recuerdo especialmente las elecciones de la reina de las fiesta, las verbenas en las cuales nunca participo, ¡¡¡no bailo poco!!! Yo creo que sin exagerar, todo el mundo estará de acuerdo que he sido y espero seguir siendo, una de las personas que más ha bailado en las fiestas del barrio.
Luego, a medida que iba formando mi familia, con un vecino también del barrio, recuerdo las romerías desde el barrio del Secuestro, los Papagüevos, las rondallas, la comida… Mi marido siempre participaba con su camión decorado como una carroza más.
También, es necesario mencionar, especialmente, nuestras ferias de ganado. Es importante destacar, la enorme participación que tuvieron hace años y sus cuantiosos premios y que sigue teniendo, aunque se ha reducido a los animales del barrio.
Desde sus inicios, y han pasado años, nuestras fiestas han sido un punto de encuentro, de unión, de acercamiento que mejoraba la relación de los vecinos del barrio, han sido una oportunidad para hacer un alto en nuestras vidas y participar en todos los actos programados; para estar más cerca de nuestra gente, de nuestros amigos y a la misma vez mantener vivas nuestras tradiciones, que es lo que realmente nos definen. Esto, tristemente se ha ido perdiendo con los años, pero espero que, poco a poco, se vaya recuperando, que aumente la participación y la implicación tan difícil de encontrar en los momentos en que vivimos. Recordar especialmente a los presidentes de la Asociación de Vecinos a D. Amado Falcón, que sigue siempre al pie del cañón, y también como no, a D. Fernando Quevedo, que ya no se encuentra entre nosotros y a D. Gregorio Domínguez y a todos y todas los colaboradores de estas fiestas que han sido y son muchos: Emilito, Consuelito, Felo, Fela, Laly, Pedro, Manolo Pérez, Dieguito, Pepe Julia, Rita, Fefa, Eduardo, Gustavo… entre otros y nadie, se sienta ofendido si no lo nombro porque sino no terminaría el pregón.
Ahora vamos a ver en imágenes las vivencias que les acabo de describir. Ante todo agradecer la colaboración de Luvina, Fela, Ana, Mercedes y, como no, a la de nuestro presidente Amadito.
Todo lo que empieza tiene un final. Esta pregonera, que con cariño ha querido hacerlo, se despide de ustedes, no sin antes agradecer y valorar el esfuerzo que está realizando la Asociación de Vecinos por mantener viva nuestra fiesta, en estos tiempos de tanta dificultad y también a todas las firmas colaboradoras que han contribuido. Quiero terminar con la oración de San Francisco de Asís ,escrita hace ochocientos años, que debe ser nuestro ejemplo a seguir en estos momentos tan complicados, con su humildad y solidaridad.
Oh, Señor, haz de mí un instrumento de Tu Paz .
Donde hay odio, que yo lleve el Amor.
Donde hay ofensa, que yo lleve el Perdón.
Donde hay discordia, que yo lleve la Unión.
Donde hay error, que yo lleve la Verdad.
Donde hay duda, que yo lleve la Fe.
Donde hay desesperación, que yo lleve la Esperanza.
Donde hay tristeza, que yo lleve la Alegría.
Oh Señor, haced que yo no busque tanto: a ser consolado, sino a consolar;
a ser comprendido, sino a comprender;
a ser amado, sino a amar.
Porque es:
Dando , que se recibe;
Perdonando, que se es perdonado;
Muriendo, que se resucita a la
Vida Eterna.
Ánimo a todos los vecinos y vecinas, así como a los presentes a participar en estas fiestas que se inician hoy.
¡Vivan las fiestas de San Francisco de Asís! ¡Viva los Llanos!
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