Molino del Puente (Casa de la miel)
En su libro Molinos de agua en Gran Canaria (1988) del autor Juan Manuel Díaz Rodríguez, mencionó la existencia de 10 molinos harineros en la jurisdicción de Teror. Se trataba de molinos de agua, que con el paso del tiempo se transformaron en molinos de fuego, movidos por vapor o gasoil. Ninguno de ellos se conserva, salvo sus ruinas o restos. En el barrio de las Rosadas se encontraban los molinos de Arriba, propiedad de D. José Santana Domínguez; el molino de En Medio, propiedad de la familia Acosta; y el molino de Abajo, también denominado Molino del puente de las Rosadas o de María Manuela, propiedad de la familia Pulido. En el paraje de las Peñas estuvo emplazado el molino de Cho Pancho Pulido, del que existen referencias documentales desde la década de 1820.
En el barrio de los Arbejales estaban ubicados el molino de los Migueles o del Ojero, también conocido como el molino de Cho Juan; el molino de Farinós, emplazado en el paraje de los Morales; y el molino de Santiago Marrero o de la Molineta, activo hasta la década de 1960.
En el barrio de El Álamo se encontraban el molino de Trujillo, ubicado a escasos metros del puente del Álamo; el molino de En medio o de Nemesia, cuyo nombre se corresponde con el de una de sus propietarias; el molino de Abajo, situado en la Fuente Agria; y finalmente, el llamado Molino del Puente, denominación que toma por su cercanía al puente levantado en 1828, construcción cuyo nombre también toma prestado por su cercanía al molino, de ahí que sea conocido como Puente del Molino.
El actual inmueble, denominado como Molino del Puente, fue reconstruido en el año 1909 a iniciativa de los hermanos Nicolás y Fernando de Lezcano y Acosta. El 14 de marzo de 1921 el conjunto fue remodelado y se solicitó obra nueva para la instalación de energía térmica complementaria. El promotor de esta nueva obra fue el médico de Teror D. Antonio Yánez Matos, quien inició su actividad con el nombre comercial de «Fábrica Harinera de San José», convirtiéndose en el molino más importante de Teror, que, de paso, suministraba energía eléctrica a la localidad. Esta actividad parece que fue efímera, pues figura como inactivo desde la década de 1930.
Actualmente, este antiguo molino pertenece a la Asociación de Apicultores de Gran Canaria (APIGRANCA) y está llamado a ser la sede la Casa de la Miel.