Ignacio Quintana Marrero poeta de vocación y periodista de profesión nos dejó además de cuatro grandes obras poéticas “Breviario lírico (1949), “Alma serena” (1965), “Nacido resplandor” (1975) y “Arpa de las islas” (1979), numerosos artículos periodísticos y ensayos. Sus años de formación en el Seminario Pontificio de Canarias donde estudió Humanidades, Filosofía y Teología y en Madrid donde cursó Periodismo, lo convierten en uno de los más destacados intelectuales de Canarias de mediados del siglo XX, llegando a obtener el Premio de Poesía “Tomás Morales” en 1964, además de otros de carácter periodístico y literario.
Pese a esto, Ignacio Quintana destaca por haber sido director de prensa durante más de treinta años e impulsar en 1945 la sección semanal “Letras Canarias” que se convirtió en el órgano de expresión literario más activo de entonces, además de la sección crítica “Plumas de las islas”, publicada a lo largo de los años 40, en la que dejaron su huella críticos y estudiosos de la literatura insular como Joaquín Artiles, con quien colabora en una “Historia de la Literatura Canaria” (1978), Mª Rosa Alonso o los hermanos Antonio y Sebastián de la Nuez, entre otros.
Su fuerte convicción religiosa y, principalmente, su fervor por la Virgen del Pino dio lugar a que le dedicara buena parte de su producción literaria, tanto en algunos de sus libros como en multitud de artículos periodísticos e incluso un Himno Popular. Esta composición musical la realizó por encargo del Obispo Pildain en 1955 con motivo de la celebración del cincuentenario de la Coronación Canónica de la Patrona al que, posteriormente, pondría música el director de la Banda del Regimiento Militar de Infantería de Las Palmas, José Moya Guillén. Desde entonces, este Himno continúa cantándose en la Basílica durante la festividad del Pino, alternándose con el que ya había escrito en 1914 el Canónigo Miguel Suárez Miranda. Además, a Ignacio Quintana Marrero le correspondió anunciar por primera vez las fiestas de Nuestra Señora del Pino, al asumir el compromiso y el honor de ser su pregonero en el año 1948, honor que volvió a repetir en 1964.