Ignacio Quintana Marrero
Ignacio Quintana Marrero (1909-1983) fue un poeta, periodista, primer pregonero de las Fiestas del Pino y uno de los más destacados intelectuales de Canarias de mediados del siglo XX, llegando a obtener el Premio de Poesía Tomás Morales en 1964, además de otros de carácter periodístico y literario. Vio sus primeras luces en Teror el 25 de mayo de 1909. Cursó estudios de Humanidades, Filosofía y Teología en el Seminario Pontificio de Canarias y se formó como periodista en Madrid, titulación que le llevó a convertirse en el director de los periódicos locales Falange y El eco de Canarias.
Su faceta de poeta se plasmó en la edición de cuatro libros de poesía: Breviario lírico (1949), Alma serena (1965), Nacido resplandor (1975) y Arpa de las islas (1979). En 1945 impulsó la sección semanal “Letras Canarias” que se convirtió en el órgano de expresión literario más activo de entonces, además de la sección crítica “Plumas de las islas”, publicada a lo largo de la década de 1940, en la que dejaron su huella críticos y estudiosos de la literatura insular como Joaquín Artiles, M.ª Rosa Alonso o los hermanos Antonio y Sebastián de la Nuez, entre otros. Con Joaquín Artiles publicó el libro Historia de la Literatura Canaria (1978).
Quintana Marrero ha pasado a la historia por ser el primer pregonero de las Fiestas del Pino en 1948, honor que repitió en el año 1964, convirtiéndose en la única persona que ha pregonado la Fiesta Mayor de Gran Canaria en dos ocasiones. Su relación con Teror y su fervor a la Virgen del Pino también dejó su huella. En 1955, por encargo del Obispo Pildain, compuso la letra del Himno Popular en honor a la Patrona de Gran Canaria, al que, posteriormente, pondría música el director de la Banda del Regimiento Militar de Infantería de Las Palmas, José Moya Guillén. En 1971, escribió, junto con el canónigo Santiago Cazorla León el libro La Virgen del Pino en la Historia de Gran Canaria, una obra que aún sigue siendo un referente para los historiadores e investigadores interesados en la historia de esta devoción mariana.
En el año 2010 el Ayuntamiento de Teror le concedió el nombramiento de Hijo Predilecto de la Villa de Teror a título póstumo.