«Los Galindos»
Durante dos siglos la familia terorense de los Ramírez, conocida con el apelativo de «los Galindos», fueron un referente en el panorama festivo de Gran Canaria.
El primer miembro de esta familia asentada en Teror fue Andrés Ramírez Troya, procedente de la vecina localidad de Santa Brígida. Él y sus descendientes ejercieron el oficio de herreros, en una época en la que Teror, al igual que ahora, constituía un lugar de paso obligado entre la capital y la zona cumbrera a través del llamado «Camino de Mar a Cumbre». Otros miembros de esta familia se dedicaron a ejercer diversos oficios como el de latoneros, turroneros, vendedores de castañas o feriantes, convirtiéndose en una parte imprescindible del paisanaje festivo no solo de Gran Canaria, sino de otras islas como Lanzarote.
Algunos de sus integrantes más destacados fueron Antonio Ramírez Asencio, dedicado a la elaboración de turrones canarios; Pedro Quintana Rodríguez, conocido como «Pedro el churrero», y su esposa María Ramírez, a quienes se atribuye la apertura de la primera churrería de Teror; Antonio Yánez Dávila, que compaginó la elaboración de turrones con la de fueguista y latonero; Esperanza Torres «Esperancita» reconocida por su labor como feriante y vendedora; o las hermanas Antonia y Maruca Déniz Torres «las Galindas», populares por sus puestos de hojalatería, loza, golosinas y castañas asadas.
Su popularidad les ha valido el reconocimiento público por parte de asociaciones o administraciones. En el año 2013, Maruca Déniz Torres recibió el homenaje de la Asociación de Mujeres Administradoras del Hogar de Firgas. Recientemente, en el año 2022, otro miembro vinculado a esta familia, Elías Ramírez Quintana, recibió a título póstumo la insignia de oro municipal a título póstumo, en premio a toda una vida dedicada a la elaboración de turrones canarios.