Por Juan de Dios Ramos, Alcalde de Teror
No cabe duda de que hoydía Teror es la suma de todos sus barrios. Cada uno de ellos aporta al conjunto del municipio su carácter,conformando en sus casi 27 km2 de superficie una entidad por la que nos sentimos “terorenses”. Dede Arbejales a El Palmar, pasando por el Casco, Los Llanos, El Rincón, Barrio del Pino, El Secuestro, San José del Álamo, El Hornillo, Miraflor, El Hoyo, El Álamo, Las Rosadas, San Isidro, Lo Blanco o El Faro y Espartero, cada barrio cuenta para el Ayuntamiento. Cada uno de ellos tiene algo que decir al conjunto del municipio, a pesar de sus diferencias y necesidades particulares.

Hablar de Teror no es hablar sólo de su Casco, de su principal núcleo urbano, como ocurría hace poco más de dos décadas,donde la identidad del municipio estaba exclusivamente condicionada a lo acontecido en el Casco histórico. La vida en los barrios ha dado un giro importante en estos años. La mejora de las comunicaciones y de los servicios e infraestructuras ha permitido a los distintos núcleos poblacionales del municipio estar más cerca y generar sus propias inquietudes. Muestra de ello son sus fiestas y reivindicaciones, siempre presentes en los proyectos municipales.

Sin duda, las Asociaciones de Vecinos han realizado un trabajo importantísimo desde los inicios de la Democracia, consiguiendoque los barrios estén presentes en las acciones municipales. Quizás
porque mis orígenes en la política se gestaron desde la Asociación de Vecinos de mi barrio, tengo plena conciencia de que elAyuntamiento que presido mira a todos y cada uno de los rincones
del municipio con la misma preocupación. Y cuando llega el verano, disfruto en los actos populares y en las festividades de cadabarrio, de la diversidad que nos une.