La obra incluye la instalación de 2 barreras para retener el material desprendido que quedó en la ladera. Tiene un presupuesto de 500.000 euros.
El Cabildo de Gran Canaria ha aprobado el proyecto para la reparación de la ladera de la antigua carretera de Teror (GC-219) que en noviembre de 2018 sufrió un importante desprendimiento como consecuencia de las fuertes lluvias y que obligó al cierre entre la Vuelta de los Alambres y el Puente del Molino debido al serio peligro de nuevos desplomes. Parte del material desprendido quedó en la ladera con riesgo de caída inminente y bajo la abundante vegetación existente se ocultan algunas piedras sueltas. Además, la presencia de agua y raíces en las fracturas de las rocas posiblemente están afectando a la estabilidad del talud.
“Por las características de estas laderas, formadas por piedras de basalto de grandes dimensiones con un material sedimentario y sometidas a continuos procesos erosivos resulta técnicamente inviable predecir nuevos desplomes”, según informó el consejero de Obras Públicas e Infraestructuras, Ángel Víctor Torres.
El proyecto, con un presupuesto de 500.000 euros, incluye la instalación de un sistema de protección antidesprendimientos formado por dos barreras de 30 y 40 metros respectivamente a media ladera aproximadamente para retener el material desprendido y poder realizar con garantías de seguridad las labores de saneo y estabilización y para evitar nuevos desprendimientos, un sistema diseñado para detener y absorber grandes impactos y evitar así la caída de piedras sobre la calzada.
Tras la aprobación del proyecto, el Cabildo inicia la tramitación del expediente para la adjudicación de la obra. Mientras tanto, y para preservar la seguridad, el tráfico continúa desviado por la carretera de Teror (GC-21).
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