El feminismo es igualdad de oportunidades |
Este fin de semana, en la Finca el Cerezo, el proyecto por el que salí de Teror, acogió como cada año, a un grupo de mujeres, feministas, buena gente, comprometidas por hacer un mundo más justo e igualitario desde sus diferentes responsabilidades.
El motivo que nos reúne, durante catorce años consecutivos, y que nos vincula día a día, es el feminismo, la interculturalidad, la sororidad. Y el feminismo, no es otra cosa que la igualdad de oportunidades.
Igualdad de oportunidades para hombres y mujeres, igualdad de oportunidades para las personas del norte y del sur. Por eso, hoy voy a vindicar en este apunte, la palabra feminismo porque muchas veces, intencionadamente o no, se le quiere machacar oponiéndolo al del machismo.
Pues no, el feminismo de siempre y el de ahora, es el que ha defendido y defiende la igualdad de oportunidades para los hombres y las mujeres, de España pero también en América latina, en Africa, en Asia. Cuando aparecen noticias espeluznantes de niñas casadas con ocho años, cuando mujeres con el torso al descubierto por defender los derechos de las mujeres pueden ir a la cárcel, cuando parece que tenemos que pedir permiso a los señores para poder pasar el doloroso trance del aborto, cuando esta realidad y otras muchas más que no aparecen en los medios de comunicación, siguen existiendo, no podemos decir que el feminismo ha pasado o que ya las mujeres estamos en igualdad de oportunidades.
Hoy, más que nunca, debemos recuperar la Agenda Feminista como un proyecto político a defender y hacer llegar a las instituciones.
Por eso, reconozco desde mi pragmatismo cada vez encarnado, la satisfacción profunda por haber decidido empezar a articular el movimiento feminista, dotándolo de una estructura que nos permita tener interlocución con todos los agentes implicados en la sociedad. La tarea ya hemos visto que no es fácil, como no lo es la propia vida, pero en estos momentos de cambio de paradigma, el movimiento feminista, al que llegué desde mi condición de creyente en un reino de paz y de justicia, es más que nunca necesario porque quiere construir una sociedad de respeto a las libertades individuales y colectivas, de sostenibilidad ecológica y medioambiental, con una economía del bien común.
Por eso, quiero apostar en estos momentos de tanta poda de derechos adquiridos, por el feminismo como propuesta de paz y progreso. En las redes sociales y en las estructuras organizativas que nos otorguemos, nos seguimos encontrando.
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