¿»Finaos» o «Halloween»? |
Con la llegada del mes de noviembre, en los últimos años se recrudece una “guerra incruenta” entre seguir la tradición isleña de la Fiesta de los “Finaos” o aceptar, sin más, la celebración de la mascarada del “Halloween”, importada fundamentalmente de los Estados Unidos. Afortunadamente, por el momento, van a ganando las tradiciones de nuestros antepasados, aunque desgraciadamente, la moda de las calabazas en forma de cráneos misteriosos se va imponiendo entre el mundo infantil, apoyada desde algunos sectores que quieren imponer a toda costa esta fiesta que no tiene cabida en nuestra cultura isleña.
Hace unos días escuché en una televisión local grancanaria que la fiesta de los “Halloween” le va comiendo el terreno a la noche de los “Finaos”. En realidad, la tradición canaria va ganando, ya que son numerosos los grupos y los municipios- al menos en la isla de Gran Canaria es así- que siguen organizando taifas y reuniones folklóricas para conmemorar de alguna forma la noche de los “Finaos”, en la que recordamos el quehacer de nuestro antepasados, compartiendo castañas asadas, bebiendo anís y otros productos de la estación. Se organizan “Taifas” en las principales plazas de esos pueblos, tal y como se viene realizando desde tiempos inmemoriales. Este año por mor de la crisis económica esta conmemoración se ha visto reducida en lo festivo, pero lo cierto es que se sigue la tradición, que es lo que cuenta.
Por recordar esas costumbres, indicarles que en algunas zonas de nuestras medianías se organizaban rondas por las casas de las familias de los fallecidos ese mismo año. Son costumbres que se van perdiendo a favor de lo foráneo y aquello que suena a nuevo…Es el caso que está ocurriendo con la noche de los “Halloween”, una celebración que tiene un origen celta, concretamente en Irlanda y que luego pasaría a los Estados Unidos de América. Se celebra también en la noche del 31 de octubre para amanecer el 1 de noviembre. Para la cultura celta esta celebración era el final del verano y el comienzo del invierno.
Pero hoy por hoy, y por estas latitudes, se trata de una fiesta que “huele” a negocio, ya que detrás de las celebraciones hay una parafernalia de objetos y símbolos al modo del carnaval. Se concreta fundamentalmente en la compra de calabazas que son agujereadas, poniéndoles en su interior velas encendidas. Es un baile de disfraces que no tiene más sentido que la diversión y el jolgorio. A través de esos símbolos, se impone el miedo y el terror como diversión. Con ello se quiere espantar a los malos espíritus y arropar a los buenos. Para ello también suelen hacerse hogueras y un baile en torno a ella.
En todo esto, por supuesto, hay defensores y detractores. Entre éstos están los que no entienden por qué se da más importancia a los “halloween” con una tradición incierta y foránea., que a la fiesta de los “finaos”, con origen cristiano y más acorde con la tradición canaria de muchos siglos atrás. Era una fiesta fundamentalmente familiar. Una fiesta, la de los “finaos”, más intimista, con una carga más rica en relación a nuestros antepasados que se basa en raíces folklóricas isleñas y una idea de paz, de romántico recuerdo, si se quiere, en contraposición con la idea de terror y miedo que tiene la fiesta de “Halloween”.
Lo preocupante es que esta fiesta celta y de origen irlandés, está abriéndose paso entre nuestros escolares, siendo apoyada por los profesores de lengua inglesa en no pocos centros escolares del Archipiélago. En días precedentes es habitual ver carteles en algunos colegios como “Feliz Halloween”. En definitiva, que si la Consejería de Educación se muestra muda ante esta “guerra de tradiciones” mal asunto. Desgraciadamente “Halloween” se está imponiendo cada vez más en Canarias y no debemos renunciar a nuestras tradiciones. Los centros comerciales hacen su agosto y los canarios asistimos a la desaparición de algo nuestro como son los “Finaos”. No nos dejemos “colonizar”. Se necesita una revolución cultural de lo nuestro, eso sí, sin menospreciar lo de los demás, aunque sea, fíjese Ud., el “Halloween”.
Y para terminar decir que estos horteros “fastos hallowinianos” son más propios de las carnestolendas; encajarían más en unos carnavales de cualquier región del globo, que la costumbre nuestra de los “finaos” que nos habla de tradición, de recuerdos hacia nuestros antepasados y cómo no, de unión familiar. Los ya populares “ranchos de ánimas” de nuestras medianías, como los veteranos de Arbejales, Valsequillo o La Aldea, por poner tres ejemplos de los que existen en Gran Canaria, tienen mayor profundidad y significado histórico que los importados del exterior. ¡ Vivan nuestra fiesta de los “Finaos”, caramba!.
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