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APUNTE 30/04/2013

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El centenario de la aviación
en Canarias

Por Juan José Laforet                                                                                                                               

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Los festejos programados con motivo del 29 de abril, Festividad de San Pedro Mártir Patrono de Gran Canaria y fiestas principales de la isla durante siglos, un 30 de abril de 1913, hace hoy exactamente cien años, se convirtió en el motivo que permitió a la aviación tener su origen en las islas, al ofrecerse el espectáculo aéreo del célebre aviador francés Leonce Garnier, que no sólo representaba una atracción de feria curiosísima y singular, sino el exponente de una novedosísima tecnología aeronáutica que abría las puertas a un futuro absoluta y radicalmente diferente a partir de aquellos años, muy especialmente en territorios insulares y alejados como era el caso de estas islas.

Aquel 30 de abril los festejos en honor a San Pedro Mártir llenaron la llanura de Guanarteme, en el entorno del lugar popularmente conocido como “el potrero”, de miles de personas –unas a pié, otras en cabalgaduras, muchísimas en incontables tartanas, que formaban una larguísima fila– ansiosas por conocer y contemplar aquella casi mágica capacidad de volar que el ser humano había logrado con el nacer del siglo XX, tanto que el propio Alonso Quesada, en una de sus crónicas, socarronamente titulada “un cristiano que vuela”, subraya como este vuelo, donde nunca antes se había dado, “…es el más grande motivo pasional…”; fue un evento tan memorable que en muchas familias de la ciudad y de la isla generación tras generación, casi hasta la actualidad, se recordó y se comentó siempre de aquellos inusitados momentos en los que, con el Bleriot XI de Garnier, un avión surcaba por vez primera los cielos isleños sobre Gran Canaria y abría la senda del enorme progreso que la aviación traería a las islas a lo largo del siglo que comenzaba a rodar en aquellos días.

Un centenario tan solemne y de inmensa trascendencia para la historia isleña como el de la Aviación es merecedor también de aquellos versos que Cairasco de Figueroa, hace ya más de cuatro siglos, dedicara a esa otra eminente efeméride isleña de la festividad de San Pedro Mártir, en los que señala como “Aquí paró la Fama; y las Virtudes,/ contentas de su plática, mandaron/ hiciese relación desta victoria/ del modo que pasó, sin pasar punto…”, una historia, un centenario aeronáutico del que su Comité Organizador, encabezado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, a través de muy diversos actos, está dejando una minuciosa y espléndida relación y testimonio. Puede la Gran Canaria, en esta Festividad de San Pedro Mártir, sentirse muy orgullosa de ser cuna de la aviación en las islas. Puede Teror también sentir muy de cerca ésta efeméride pues en muy diversas ocasiones la Basílica de la Patrona de Gran Canaria, Nuestra Sra. del Pino, acogió la visita de muchos de los más afamados pilotos que cruzaban el Atlántico, y que tenían aquí un punto de escala ineludible, a los que brindó su amparo y el testimonio de afecto de todos los hijos de la Gran Canaria.

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