De guapa a choriza |
Los que felicitaron y encumbraron a Aznar cuando ganó a Felipe González las elecciones por 300.000 votos en 1996 son los mismos que cuestionan que Capriles haya perdido este mes por el mismo número de sufragios.
El PSOE, cada vez con menos apoyos, quiere volver al poder anunciando medidas que él mismo entorpeció cuando gobernó, desde los desahucios que nunca apoyó hasta la financiación de la Iglesia que nunca combatió.
El ministro de Justicia está preparando una ley por la que todos los políticos imputados tendrían que abandonar su cargo público, aunque posteriormente sean absueltos. Con esta ley, su compañero de gabinete y ministro de Industria tendría que haber dimitido cuando fue imputado por el caso salmón.
Paulino Rivero y Soria protagonizaron un impúdico altercado protocolario en la despedida de los soldados canarios que partían en misión a Afganistán. Mientras las familias de los soldados contenían la respiración nerviosa ante la inminente partida, el presidente del Gobierno canario y el ministro se entretenían en un baile absurdo de egolatrías para decidir quién era el número uno de la ceremonia.
Soria, que es obstinado y terco, no quiso dar su brazo a torcer hasta que alguien con mejor juicio le hizo ver que en este tipo de actos es el presidente de la comunidad autónoma la máxima autoridad. Presidente de Canarias solo hay uno; ministros, unos cuantos.
Tras descubrirse que tres empresarios canarios financiaban a escondidas al PP, algunos han reaccionado con chulería al declarar “sí, ¿pasa algo?”. Pues sí que pasa. Lo que pasa es que es una inmoralidad y tenemos muchos empresarios que son inmorales. Solo hay que ver dónde han acabado los últimos presidentes de la patronal por su vida de gánsteres: en el trullo. Como ha reconocido abiertamente el presidente de la Fecao, nadie da duros a cuatro pesetas.
A la liberal conservadora Margaret Thatcher, esa que odiaba lo público como Reagan, la despidieron con un funeral de Estado de doce millones de euros costeado por los contribuyentes. Menuda paradoja.
Rouco Varela criticó al pazguato de Rajoy, el mismo día que cumplimentaba al papa Francisco, por incumplir sus promesas electorales para suprimir el aborto y los matrimonios homosexuales. El cardenal acaba de descubrir a Rajoy, de profesión incumplidor. Que se dé con un canto en los dientes porque la Iglesia sigue sin pagar el IBI.
España es como Isabel Pantoja: ha pasado de guapa a choriza en un santiamén.
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