Primera Imprenta y Día grancanario Por Juan José Laforet |
Hoy, 25 de abril, cuando los alumnos del IES siguen con actividades a propósito del “Día Internacional del Libro”, cuando conmemoramos el 219 aniversario de la llegada a Gran Canaria de su primera imprenta, es un día muy especial para la cultura grancanaria pues desde hace muchos años se reivindica como el “Día Grancanario del Libro”, una suerte de continuación del “Día Internacional del Libro” y una celebración con importante acento isleño propio.
Siempre me ha gustado recordar, en estos días en que la primavera florece en las páginas de los libros, como Gran Canaria tiene la oportunidad singular de ampliar dos jornadas más la celebración del “Día Internacional del Libro” al conmemorar cada 25 de abril la llegada a la isla de su primera imprenta en 1794, con lo que casi se podría hablar de un “Día Grancanario del Libro”. Este año esta conmemoración debe estar dedicada a recordar al verdadero promotor de la adquisición e instalación de este primer taller tipográfico grancanario, José de Viera y Clavijo, que era entonces director de la Real Sociedad Económica de Gran Canaria.
Es importante comprobar como la imprenta data de 1440, “…pocos años después de conocidas las islas, pero transcurrieron los siglos XVI y XVII y el arte tipográfico no se extendió a las Canarias,…”, aunque ya muchos de sus naturales escribían libros que se imprimían en la península, como resaltó Francisco María de León en unos “Breves apuntes sobre la historia del arte tipográfico en Canarias”. Y es que, en realidad, la producción tipográfica en Canarias no se consolidó, especialmente en Gran Canaria, hasta la segunda mitad del siglo XIX, ya que necesitó de un proceso muy largo, desde su llegada a Santa Cruz de Tenerife en 1751 y a Las Palmas de Gran Canaria en 1794 –aunque empezaría a funcionar en 1800-, para adecuar su estructura técnica y enraizarse en el seno de la sociedad insular, a la que sirvió brillantemente, al difundir las ideas que permitieron abrir su camino de progreso y modernización.
En Gran Canaria existe un curioso precedente tipográfico en 1780, cuando se imprimió una carta en verso, de la que se conserva una copia en la Universidad de La Laguna, titulada “Carta de D. Tomás de Iriarte a D. Domingo de Iriarte, su hermano, durante el viaje que este hizo a varias cortes extranjeras”. Aún no había establecimiento tipográfico abierto en la isla, por lo que debió hacerse con alguna imprenta móvil, comunes en aquella época, que estuviera de paso en la isla.
Sin embargo, hubo que esperar a que Viera y Clavijo regresara de Madrid, para asentarse en Gran Canaria como Arcediano de Fuerteventura de la Catedral de Canarias, y desde las responsabilidades que asumió dentro de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, de la que fue su Director desde 1790 y hasta su fallecimiento en 1813, para que la isla se diera cuenta de la imperiosa necesidad que existía de instalar una imprenta, que contribuyera a consolidar los proyectos de progreso económico, social y cultural que un grupo de ilustrados, en torno a la Real Sociedad Económica, pretendían desarrollar.
La imprenta que se adquiere llega en distintas fases. Así, el 25 de abril de 1794, procedente de Cádiz –aunque se cree que era de fabricación inglesa-, llega la imprenta –ahora expuesta en la exposición conmemorativa del Bicentenario de Viera y Clavijo-, en 1798 legarán los caracteres, adquiridos en Barcelona, y el 8 de septiembre de 1800 el primer impresor, el lagunero Juan Díaz Machado, formado por el tipógrafo Miguel Ángel Bazzantti y Arighetti –regentaba la imprenta de la Real Sociedad Económica de Tenerife en La Laguna-, que tenía firmado un contrato con los Amigos del País de Gran Canaria desde 1794. Sin embargo su estancia será breve y en marzo de 1801 pide que se le rescinda su contrato, siendo sustituido por el impresor Francisco de Paula Marina, que figuró como “Impresor de la Real Sociedad de Amigos del País” y que se mantuvo al frente de ella hasta 1816.
En esta primera imprenta se realizan al principio diversos trabajos de carácter religioso, como la “Novena devota al gloriosísimo Patriarca Santo Domingo de Guzmán que se hace en el Convento y estudio General de S. Pedro Mártir de la Ciudad Rl. De Las Palmas”, en 1801, pero también se imprimirán diversos trabajos de Viera y Clavijo, como los “Cuentos de Niños, que instruyen divirtiendo” de 1804, ó el “Librito de la Doctrina Rural” de 1807, así como trabajos para la Real Audiencia como el “Catálogo de los pueblos del distrito de la Real Audiencia de Canarias y noticia de su situación, su calidad y sus Justicias” que se imprime en 1803 o para el Obispado. Al declararse la Guerra de la Independencia y constituirse en La Laguna la Junta Suprema de Canarias y en Las Palmas el Cabildo general Permanente de la Gran canaria esta imprenta cobrará un protagonismo enorme al estampar manifiesto, refutaciones, proclamas, así como una reimpresión del número 1 del “Correo Político y Militar de la Ciudad de Córdoba”, que pasa así a convertirse en el primer ejemplar de un periódico que se imprimió en Gran Canaria. Sin duda y hasta casi 1813 la imagen de Viera y Clavijo se proyecta sobre buena parte de la dirección editorial de esta imprenta.
Compartir en redes sociales