La Candela de los Goya |
Buenos días a quienes nos escuchan en la onda de Radio Teror.
Anoche, como casi todo el mundo pudo comprobar, se celebró la ceremonia de entrega de los premios del cine español, la gala de los Goya.
Reconozco mi gran afición al cine y he visto casi todas las películas premiadas y afirmo que en este país hay una enorme capacidad creativa y artística y prueba de ello también fue el desarrollo de la Gala, conducida ácidamente, como ella es por Eva Hache, que como bien declaraba un medio de comunicación se dedicó a dar hachazos durante toda su intervención.
Sin embargo, lo que quería comentar aparte de invitar a todo el mundo a ir al cine, es la conexión existente entre el mundo del arte y la calle, expresado en casi todas las intervenciones de las personas premiadas y de quienes iban nominando las películas.
Que Javier Bardem, icono con su madre Pilar Bardem de las luchas sociales, gritara Viva el Sáhara libre y pidiera la intervención del gobierno intercediendo ante la condena del grupo de jóvenes, no es novedad pero anoche la conexión estelar entre el arte y la calle, la denuncia del deterioro de los servicios públicos y la síntesis de lo que vive este país, el discurso más corto y de mayor contenido, incluyendo a su familia, vino de la mano de Candela Peña, una joven mujer, actriz, madre, hija que pidió lo que toda la ciudadanía grita en la calle: educación pública, sanidad pública, trabajo…
Me quedé con muy buen sabor de boca tras la Gala, supongo que sin convertir con el Ministro Wert, que tuvo el mérito de no salir corriendo, y me he quedado con una pregunta sobrevolando en mi cabeza. ¿Cómo es posible que teniendo gente tan buena, tan creativa, tan reivindicativa nos encontremos con un país en este estado?.
Decía el presidente de la Academia, en su discurso comprometido y libre, que el cine no es cuestión del señor de la ceja, del bigote ni de la barba, el cine es arte y como tal, si queremos que la sociedad se eleve a su máxima creatividad hay que apoyarlo con recursos y facilitando precios populares para el conjunto de la ciudadanía para que no se convierta en un artículo de lujo.
Esta demostración de inteligencia creativa y reivindicativa me lleva también a una reflexión que me ronda como salida política a esta desafección que vive la ciudadanía actualmente y es la necesidad de un cambio en la vida política que no tiene nada que ver con el cambio de nombres. Se trata de articular propuestas legislativas que nos permitan crear listas abiertas donde quienes quieran ejercer la noble actividad política puedan hacerlo, sin la hipoteca que supone participar obligatoriamente en un partido político y su consabida obediencia a la mayoría.
Debo reconocer que la realización de Gala me ha dado un buen puntito para empezar esta semana, sobre todo creer que es posible crear otra ciudadanía. Espero que sea solamente una cuestión de tiempo ver los resultados.
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