2013, año Viera y Clavijo |
Comenzamos un año que se quiere dedicar a José de Viera y Clavijo, una de las figuras no sólo histórica de Canarias, sino ineludible aún después de 200 años de su muerte, que se cumplirán el próximo 21 de febrero.
Un año Viera no tanto porque el Gobierno de Canarias, atendiendo muchas solicitudes de muy diversas instancias culturales y sociales, decidiera que de nuevo el día y año de las Letras Canarias se consagrara a quién sirvió para establecer precisamente el 21 de febrero como tal celebración, sino por la trascendencia que su figura y lo que significo su actividad, su obra y su propia actitud vital tiene hoy en día; un presente que debe mirar al futuro con una mirada absolutamente nueva, renovadora, capaz de entrever caminos y estadios muy diferentes si quiere encontrar una salida eficaz y sólida a los difíciles problemas que la realidad actual plantea a las islas y sus habitantes.
El propio Viera, en aquella Canarias de mitad del siglo XVIII, no encontró un ambiente fácil, ni adecuado, a sus aspiraciones intelectuales y científicas, incluso para editar sus primeras obras, especialmente su “Noticias de la Historia de Canarias”, debió marchar fuera, pues como él mismo llegó a señalar la única imprenta que había “…era tan mala que era como si no la hubiera”.
Viera, que era un ilustrado consecuente que veía con claridad las enormes carencias y atrasos que comprometían cualquier posibilidad de progreso de las islas, lo expuso de una u otra forma en sus balbuceos periodísticos manuscritos, lo debatió en sus apasionadas tertulias laguneras y en su larga estancia exterior nunca lo olvidó.
Su espíritu inquieto, curioso, emprendedor, le llevó, cuando muy pocos por estas “peñas atlánticas” ni siquiera lo hubieran soñado, no sólo a adentrarse en el estudio de los campos científicos más novedosos de su época, como el de los “aires fijos”, lo que le permitió ser el primero en hacer volar en España un globo aerostático –y, curiosamente, justo el 200 aniversario de su fallecimiento coincide con el centenario de la aviación en Canarias–, a compartir ideas y experiencias en Madrid, Roma, Viena o París con muchos de los espíritus mas cultivados de su tiempo, a sentir la necesidad de conocer y expresarse en lenguas extranjeras, a empaparse de por donde transitaban los nuevos rumbos de la economía política, la industria o la imprescindible reforma que debía llegar a la agricultura y el mundo rural en general, sino que una vez que retorno definitivamente a sus islas, con Gran Canaria como escenario definitivo para ello, se consagró de lleno a aplicar todas esas reflexiones, todos los conocimientos, todas las inquietudes de progreso generadas, desarrolladas y acumuladas durante largos años de contactos dentro y fuera de España con quienes definían en gran medida la vanguardia del progreso de su tiempo.
Por ello entendió enseguida la necesidad de buscar cierta industrialización de su tierra, lo que contribuyó a promover en cierta manera a través de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, un verdadero oasis ilustrado en el que pudo desarrollar sus planes más efectivos, como también, en línea con las corrientes ilustradas que compartió en Madrid, a promover reformas en la agricultura insular, sin olvidar de contar con la importancia que tenía para las islas y su futuro el cercano continente africano, lo que se refleja en acciones como la de impulsar una ampliación y mejoras en las pesquerías que estaban tan al alcance de las manos isleñas en las costas de África.
Convencido de la importancia trascendental que la difusión cultural y el surgimiento de una opinión pública tendrían para conformar una sociedad capaz de afrontar su progreso no dudó en traer la primera imprenta de esta isla, que empezaría a funcionar en 1800, y que tuvo un papel relevante al permitir imprimir y difundir pasquines, folletos y libretos que tanta trascendencia tendrían para formación de luna opinión pública isleña.
2013 como año Viera se presenta para todos los canarios como una gran oportunidad no sólo para acercarse y conocer mejor a una de las figuras más trascendentes del Archipiélago a lo largo de su historia, a uno de los ilustrados más señeros de toda España, sino para que su vida, su obra y sus talante emprendedor, sirvan hoy de ejemplo a las generaciones que deben comprometer su empeño más decidido en la construcción de un futuro y un progreso adecuado a las necesidades de las islas y sus gentes.
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