Hasta ahora no había precedentes en la historia de la democracia española: celebrar una jornada electoral en vísperas de la Navidad y pedir el voto en una campaña electoral en la que los potenciales votantes se han visto “obligados” a compartir su tiempo de libre o de ocio con la compra de los regalos de sus niños y el asistir a los mítines de sus líderes favoritos. También han debido los sufridos “seguidores” dedicarles algún tiempo a seguir los debates de los candidatos por radio o televisión. Y por si esto no fuera poco, han tenido que leerse los programas electorales que los numerosos partidos políticos que se presentan a los comicios han enviado a sus casas, aprovechando el “mailing” gratuito a que tienen derecho todos los grupos en España en cualquier convocatoria electoral por parte del Ministerio del Interior.

Mientras tanto el escenario de la presente campaña electoral del 20­D no se aleja mucho de los vividos en anteriores convocatorias con la única novedad del importante papel que juegan no solo los Medios de Comunicación tradicionales sino las modernas redes sociales a través de las cuales los candidatos se dirigen a sus votantes o se meten con sus adversarios políticos. Se siguen celebrando los tradicionales mítines pero ya no son decisivos, ya que a ellos asisten, por lo general, los convencidos votantes de cada partido.

La “batalla” partidaria se lleva a cabo ahora en los debates múltiples y no a dos como se hacían en el pasado entre el Presidente del Gobierno en funciones y el líder la oposición. Excepto lel PP, en los debates celebrados hasta el momento los partidos políticos han llevado a sus candidatos a la Presidencia del gobierno tal y como lo han hecho PSOE­NC, Podemos y Ciudadanos (C ́s). ¿Miedo al ridículo?. ¿Temor a ser zarandeado por los jóvenes aspirantes a la primera magistratura del país?.. Ahí Mariano Rajoy se ha mostrado temeroso al aceptar debatir sólo con el candidato del principal partido opositor, “escabullendo el bulto” como si fuera un “pardillo” en política; o escudándose, en su negativa a comparecer en esos modernos debates, en vagas razones de falta de tiempo, cuando en realidad el “debate a 4” de A3 Televisión lo siguió cómodamente desde una tumbona en el Parque Nacional de Doñana a donde había ido a pasar el fin de semana. Incompresible este modo de actuar del Presidente del Gobierno despreciando los buenos modales democráticos, normales en cualquier país de nuestro entorno.

Por otro lado la cartelera electoral tampoco es que haya avanzado demasiado. Los “caretos” de los candidatos nos acechan desde las farolas de las poblaciones y nos persiguen desde cualquier lugar más insospechado. En base a los “eslóganes” que se leen en las pasquines podríamos hacer un “menú” o una “ensalada ideológica electoral”. Y si no fíjense en nuestra superposición de mensajes de los partidos más importantes: “Por un nuevo país” (Unidad Popular­IU) vota por “Un futuro para la mayoría” (PSOE­NC) en una “España en serio” (PP). Por todo ello “Vota con ilusión” (C ́S) y “lucha por Canarias” (CC) y vota por “Un país contigo podemos” (Podemos) para terminar con el mensaje directo de “Gran Canaria debe tener un representante en el Senado (UxGC) o con el lacónico mensaje del partido magenta “Vota UpyD” o el del Partido Comunista de los Pueblos de España­Canarias “Tu voto para la clase obrera”, el partido que lidera el arquitecto Carmelo Suárez. ¿Quién da más?….