Muertes en el Mediterráneo |
Zonas “calientes” de inmigración ilegal hay muchas en el mundo. Las más conocidas son las que se sitúan entre México y EEUU, entre el norte de África y Europa o el África Occidental-Canarias, entre otras. En todas ellas desgraciadamente se producen a menudo muertes sin sentido de personas que pierden la vida en su huida de la desesperanza y la pobreza. Quizás, hoy por hoy, “el corredor de la muerte” donde se pierden más vidas de inmigrantes, coincida con la franja entre Libia y la cercana costa italiana, sobresaliendo la isla de Lampedusa, el punto geográfico más cercano al continente africano. Sólo en los últimos días se han producido más de un millar de personas muertas a consecuencia de naufragios. El otrora Mare Nostrum, el Mar Mediterráneo, el océano que une los dos continentes y los acerca al desarrollo y la cultura, en la actualidad está provocando muertes sin sentido por la estupidez humana.
Las organizaciones internacionales no dejan de llamar la atención de los responsables de las instituciones europeas en torno al peligro de nuevos naufragios en aguas del norte de África. Así Save the Children alertaba hace unas horas de que había 400 inmigrantes desaparecidos más, tras otro siniestro marítimo. Acnur por su parte solicitaba a la UE que encuentre solución a esta dramática situación. Esta organización, incluso, ha informado de que en lo va de año sobrepasan las 35.000 solicitudes de asilo, de los que 1.500 inmigrantes han perecido en las aguas mediterráneas.
Precisamente hoy se celebrará un Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE en el que se planteará endurecer la lucha contra los traficantes de seres humanos y encontrar alternativas para evitar estos desgraciados sucesos de inmigrantes ahogados. Episodio que tiene su origen en la inestabilidad, la guerra, la pobreza y la huida de muchas hombres y mujeres a consecuencia del terror yihadista.
El naufragio de Lampedusa pone de relieve el fracaso de las políticas, en ocasiones miope, de la UE sobre inmigración, situación que ha denunciado Italia y Malta, entre otros países comunitarios. El Presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, ha exigido un cambio en las políticas europeas de refugiados e inmigración para ofrecer a los nacionales de terceros países la posibilidad de acceder a Europa de manera legal y sin tener que enfrentarse a estas muertes seguras. Es más el Papa Francisco ha pedido que en este drama mediterráneo se actúe con mas decisión y rapidez.
Mientras la UE activa un plan para combatir este grave problema migratorio, se producen nuevos episodios de embarcaciones a la deriva. Los Ministros del Interior comunitarios han acordado reforzar las operaciones de la Agencia Europea de Control de Fronteras (Frontex), aprobando un mayor presupuesto para este fin, destinando además más barcos y más aviones de patrulla con el fin de prevenir nuevos naufragios de inmigrantes, plan de medidas urgentes que será discutido en la Cumbre de líderes europeos convocado para este jueves. Solo el Ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha alertado del “efecto llamada” de estas medidas, ya que estas bandas de traficantes “son malas, pero no tontas” y no conviene darles facilidades. En el fondo de este asunto lo que se impone es atajar el problema desde su origen, en los diferentes países de la ribera norteña del África mediterránea. Lo que sí es cierto es una cosa: mientras no se vaya a la raíz del problema, no se estará resolviendo este drama humano de la inmigración. Pero se impone claro está el sentido común para actuar con cabeza, según ha reconocido la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini: “Estamos ante un deber moral y político”. No es para menos.
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