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APUNTE 15/04/2015

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Negocio y Fe
Por
Sebastián Sarmientochano_sarmiento_apunte

Interesante el contenido de las XI Jornadas de Patrimonio Cultural que desde el pasado lunes se desarrollan en la Villa mariana de Teror y que analizan las Fiestas del Pino como “Patrimonio y Turismo”. Unas jornadas de debate y reflexión que coinciden con el 50 aniversario de la declaración de la Festividad del Pino como Fiesta de Interés Turístico. Organizadas por la Concejalía de Cultura de la corporación municipal, estas jornadas sirven para el encuentro de expertos y estudiosos del pasado de nuestra villa y se reflexiona en torno al patrimonio cultural de un pueblo como el de Teror cargado de historia, en la que se palpa la huella de grandes personajes. Todo el mundo está de acuerdo en señalar que las Fiestas del Pino son un canto a la tradición e idiosincrasia de los grancanarios.

Las Fiestas patronales de la isla de Gran Canaria tienen su personalidad definida y sus actos cívicos se distinguen de los de cualquier otro municipio de la isla. No solo en lo estrictamente religioso sino en lo social y cultural. Por ejemplo siempre me llamó la atención la oposición del clero terorense a que en la Villa se organizaran los tradicionalmente populares “certámenes de Misses” en el contexto de las fiestas del Pino. Monseñor Socorro afirmaba a este respecto que las Fiestas de Teror contaban ya desde el siglo XV con una Reina, y ésta era la Virgen del Pino, Patrona de Gran Canaria y que por lo tanto no se necesitaba elegir ninguna otra… 

En estos días en los que se esta conmemorando el 50 aniversario de la declaración de nuestras Fiestas patronales como de Interés Turístico, alguien ha dicho,a nuestro juicio de manera desafortunada, que había que aprovechar estas fiestas nuestras para generar más ingresos al municipio, “gracias al tirón de la Virgen”. Es un disparate dicho así lo de aprovecharse de la religiosidad de las gentes para obtener mayores dividendos económicos a costa de ser Teror la Villa mariana por excelencia en Gran Canaria. Todos sabemos que históricamente Teror no sería lo mismo sin la Virgen del Pino. La Historia y su acontecer religioso evidentemente ha favorecido a los ciudadanos de la Villa. Una cosa es que las Fiestas del Pino sean referencia del patrimonio cultural e histórico de Gran Canaria, de toda Canarias, y otra muy distinta es que algunos sectores especulativos del comercio local y foráneo se aprovechen de ello para obtener réditos económicos. 

El concejal de Turismo de Teror ha reflexionado sobre esta efemérides religiosa­cultural afirmando que la Virgen del Pino significa mucho para los terorenses al convertirse en un paso obligado no solo de los hombres y mujeres religiosas, con fe, sino para los turistas canarios y extranjeros. Por ello no creemos afortunado el que se diga que desde el punto de vista económico el fenómeno del Pino “no lo hemos sabido explotar bien”. Teror tiene una riqueza patrimonial que es atractivo de por sí para los visitantes foráneos sin tener que aprovecharse de la imagen de la Virgen del Pino­­ que todos respetamos y veneramos­­ para hacer negocio con lo estrictamente religioso. Precisamente el atractivo de nuestro pueblo reside en el conjunto histórico que rodea el entorno del Santuario, como es el propio inmueble de la Basílica, el viejo Palacio Episcopal, las instalaciones de las Casas Consistoriales, la balconada de la calle Real y los dos Monasterios, entre otros elementos -monumentales, que de por sí deben atraer el interés de los turistas que nos visitan a diario. 

Estamos con el Concejal de Turismo terorense cuando se refiere a que este entorno ayuda a la llegada de turistas por lo que desde el consistorio debe seguir trabajándose para convertir el casco histórico en una plataforma donde la gente pueda pasear sin problemas, en una zona declarada BIC en el año 1979. Lo que debe dar ganancia comercial es la gastronomía, la música tradicional, el clima y las posibilidades medioambientales que ofrece desde siempre la Villa, y no la Virgen del Pino, que como referencia religiosa, debe estar por encima de consideraciones crematísticas. Teror debe seguir siendo un paradigma de la religiosidad de un pueblo y no aprovecharse de eso para hacer negocio. La Fe y la devoción popular debe ser una cosa y el negocio otra cosa. “Elemental, querido Watson”, como diría el famoso detective británico Sherloc Holmes, aunque esta frase jamas se haya encontrado, tal cual,en las novelas de sir Artur Conan Doyle. 

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