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APUNTE 07/07/2014

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¿Quo Vadis, PSOE??

Por Nieves Ramos                                                                                                                                

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El Partido Socialista está viviendo, quizás, uno de los momentos más importantes de su historia. Tras la contienda electoral que dio al PP la mayoría absoluta en las elecciones generales, los distintos comicios han puesto de manifiesto la falta de conexión entre el Partido Socialista y quienes, en anteriores ocasiones, le habían dado su voto.

La pregunta que está en el aire, sin resolver, es: ¿Cuál es el problema del PSOE? ¿De liderazgo o de proyecto político? Y mucho me temo que esta pregunta no es la que vayan a debatir los tres candidatos, todos hombres, que han obtenido los avales para obtener la Secretaría General.

En una carrera, en la que el aparato dice no posicionarme pero que a todas luces tiene su candidato, preocupa la falta de proyecto, de  propuestas concretas y concisas, más allá de la declaración de intenciones.Es preocupante saber si el Secretario General que elija la militancia es el que se va a postularse como candidato a la presidencia del Gobierno o no, salvo en el caso del profesor Tapias. Se habla poco de la posibilidad de cambiar la Constitución ante la deriva catalana, los aforamientos o el relevo del Rey. Se explica mal esa coalición europea, en la que populares y socialistas, se han repartido el pastel europeo, con tanta talla intelectual. Y sobre todo, se analiza sin profundidad porqué la gente cree tan poco actualmente en el PSOE. 

El candidato que obtenga la Secretaría General tiene ante sí la responsabilidad de responder con hechos si la afirmación, cada vez más generalizada, de que PP y PSOE  lo mismo, es cierta o no. Si no, también tendrá cargando en sus espaldas el conducir a un partido, con clara vocación de gobierno, a las catacumbas y convertirlo en una organización residual.

Y para ello no tiene mucho tiempo. A su izquierda, muchos votos del Partido Socialista han ido al recién creado PODEMOS, que sigue sumando afinidades con un discurso fresco, cercano al sentir de la gente que no se cree las bondades de este sistema.  Izquierda Unida, por su parte,  está moviendo ficha para definir mejor su espacio  y posibilitar coaliciones en la izquierda.

El PSOE tiene poco tiempo para mirarse el ombligo, para resolver sus problemas de liderazgo, para clarificar lo que quiere. O reacciona ya o ni Susana Díaz, con todas sus huestes, podrá convertirlo en posibilidad de gobierno. Y eso solamente lo resuelve el contacto con la ciudadanía, con propuestas serias y coherentes de sus dirigentes actuales, y quizás, el silencio de quienes han gobernado anteriormente, que en su intención de seguir siendo reconocidos, sueltan perlas poco constructivas.

La democracia necesita de partidos políticos sólidos, con proyectos de igualdad  y solidaridad,  máxime en tiempos de crisis y cuando los que están no responden, sencillamente se crean otros. Al PSOE le toca decidir si se queda defendiendo estos principios. Si no lo hace pronto, quizás otros decidan por él.

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