El cabreo no se quedó en casa Por Nieves Ramos

Ni los más avezados periodistas a nivel nacional e internacional se hubiesen atrevido a pronosticar los titulares con los que la prensa hablada y escrita, ha abierto hoy sus respectivos medios, tras los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo.

Cuando la sombra de la abstención sobrevolaba todas las encuestas y la desafección política parecía instalarse como irremediable, ha surgido la responsabilidad de la ciudadanía acudiendo a las urnas para ejercer su derecho a traducir en votos su sentir ante la clase política.

En algunos países como Francia, lo que ha sucedido, en boca de su propio primer ministro, es un auténtico tsunami, un bofetón a los partidos con tradición de gobierno, que no han sabido trasladar a la ciudadanía los valores de la democracia, encontrándonos con una fuerza mayoritaria que considera la emigración como un problema  que se puede resolver, en tres meses,  con el virus del Ebola.

En nuestro país, los dos partidos mayoritarios, esos que han pactado cuando lo han considerado oportuno, y que en algún momento hablaban de una gran coalición nacional para sacar al país de la crisis, están con las orejas gachas. La cabeza de lista del PSOE, Elena Valenciano lo ha reconocido si rubor, Cañete sigue pensando que han ganado, pero las botellas  se quedaron anoche sin salir al balcón. Quizás también porque el cava procede de Cataluña y de allí le viene a Mariano Rajoy un auténtico dolor de cabeza dada la alta participación del pueblo catalán en las urnas. La victoria de las fuerzas independentistas es incuestionable.

Pero la sorpresa de estas elecciones la ha dado PODEMOS, el partido de los círculos, de la militancia formada y organizada, de la universidad al servicio del desencanto, de la esperanza. Las encuestas le daban presencia en el Parlamento Europeo, pero no cinco escaños. Esa es una poderosa lanzadera que tendrán que seguir gestionando para consolidarse como partido y seguir sembrando esperanza entre la gente desencantada.La izquierda plural, UPyD, Ciutadans, han subido y aunque han superado sus anteriores comicios, no contaban con la espectacular subida de Podemos que les ha arrancado muchos votos.

Se acabó el bipartidismo, ahora cabe esperar la respuesta de los grandes partidos, cómo afrontan esta derrota y qué acciones van a poner en marcha. Es la hora también de ver cómo los pequeños son capaces de hacer estrategias  y propuestas.Pero sobre todo, es de esperar que la ciudadanía sienta que ir a votar sirve de algo y que los programas electorales están para cumplirlos sino, se pasa factura.Y el pago de esas facturas pueden ser muy peligrosas, está en juego el futuro de Europa, una Europa que tiene que decidir si las políticas que aplica están dirigidas a mejorar la vida de la gente o al servicio del capital.