Una Europa más pobre Por Sebastián Sarmiento

Hace unos días la Plataforma Pobreza Cero de Gran Canaria nos alertaba del aumento de los pobres en la Unión Europea en base a la crisis económica que azota al viejo continente y por la empecinada política de ajustes que se lleva a cabo desde las instituciones comunitarias. Los datos de la Plataforma no dan lugar a dudas. Desde el año 2006 a esta fecha se registran tres millones de pobres más en los países de nuestro entorno. Y como en esta época de la globalización nada nos es ajeno, Canarias se ve metida en una encrucijada complicada que nos debe hacer reflexionar sobre nuestro futuro. Es más, en el nuevo presupuesto de la Unión Europea, nuestras islas, incluidas dentro de las Regiones Ultraperiféricas, pierden un 25 % de los fondos europeos, con lo que Canarias deja  de  recibir más de 350 millones de euros entre el 2014 y 2020. Por tanto nuestras islas, evidentemente, serán más  pobres.

Las cifras a nivel mundial están ahí: cerca de 870 millones de personas en el planeta siguen pasando hambre, a pesar de que la pobreza extrema (vivir con menos de 0,96 céntimos de euro al día)  ha ido disminuyendo desde 1990, fecha en la que organismos internacionales como la ONU  trabajan para reducir la cifra a la mitad en el 2015. Aunque la mayoría de los pobres- 852 millones-  se concentra en los países en vías de desarrollo, 16 millones  sufren desnutrición  en los países desarrollados, tres millones más que en el 2006.

Todos los expertos en estas cuestiones afirman que  la pobreza  se reduce en términos generales, pero que en África y en los países desarrollados ha aumentado, sobre todo en Europa, no solo por la crisis- se insiste- si no por las políticas que  se están aplicando tanto en materia laboral como fiscal. Una cosa está clara: la política del “ajuste por el ajuste” que está de moda en toda Europa, impulsada por la señora Mérkel  y sus correligionarios ideológicos, no conduce a nada. Y los países sufridores de esta política están siendo  los del  Sur de Europa: Grecia, Portugal, España e Italia.

El lema que la Plataforma Pobreza Cero eligió para este año fue muy clarificador: “Los recortes generan pobreza, ¡rebélate!”. Cada día observamos en nuestro país que los recortes que realiza tanto la administración central como la autonómica y municipal inciden de forma negativa en un mismo sector: en los pobres y en los ciudadanos menos favorecidos de nuestra sociedad insular. Indudablemente que a pesar de la crisis, nuestra región dispone de recursos, bienes y capacidades técnicas para erradicar esta situación límite, de pobreza y en algunas zonas de nuestras islas de hambre física. Habría que destinar más recursos presupuestarios hacia esas zonas de marginación, ubicadas principalmente en nuestras dos capitales canarias, Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife. El Gobierno canario debería orientar su política social a lograr una sociedad más equitativa y más justa. Lo que sucede es que nuestros gobernantes, inquietos por que las arcas están semivacías, no muestran voluntad ética ni política para solucionar este estado de cosas.

Los sectores de la sociedad que más están sufriendo estas obcecadas políticas de recortes son los de nuestros mayores y los niños. La propia Plataforma Pobreza Cero de Gran Canaria lo denunciaba hace unos días cuando afirmaba que la pobreza está más cerca de lo que nos imaginamos, aunque la situación en la España peninsular e incluso en Canarias no llega a ser tan preocupante como en algunos países en vías de desarrollo, gracias al apoyo que prestan los colectivos sociales, la familias y las instituciones públicas. El último informe de UNICEF  se determina, por ejemplo, que uno de cada  cuatro niños españoles- 2.267.000- vive bajo el umbral de la pobreza. Esto quiere decir que no tienen cubiertas las necesidades básicas como la alimentación, la sanidad o la educación.

Por si estas cifras no fueran clarificadoras, en estos momentos Canarias está sufriendo en sus propias carnes una irracional política de recortes y ajustes, protagonizada por el Gobierno central, que está acogotando a una población canaria, alejada de la plataforma continental y con unos problemas seculares propios como la escasez de agua potable; una agricultura dependiente en exceso de sus condiciones climatológicas y una situación de abandono administrativo. Si toda Europa está atravesando por un momento difícil, Canarias por su situación de dependencia del exterior, lo está pasando peor. Y eso debido a una política de ajustes y recortes que llevan a  cabo tanto el Gobierno de Mariano Rajoy  como los responsables comunitarios con ese anuncio realizado  de que el Archipiélago perdería un 25 por ciento de los fondos FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional). Esto supondrá 350 millones de euros menos con  respecto al periodo 2007-2013 que suma un montante de 1.300 millones de euros. Este drástico ajuste comunitario se traducirá en una reducción de los fondos específicos destinados a las Regiones Ultraperiféricas (RUP), con una caída de 484 a 294 millones  y una disminución per cápita de 35 a 20 euros por habitante. Ante estas noticias, ¿Qué están haciendo nuestros representantes en Bruselas y Estrasburgo?.