Dulcería Benítez

Agustín Benítez y Juana Talavera (padres de José Benítez) tenían una pequeña panadería donde pasó su infancia y juventud, hasta que fue llamado a filas en la Guerra Civil Española.

A la vuelta de la guerra en el año 39, empieza a explotar el “quiosco de la Alameda de Teror”. En el año 40 se establece en la Villa Mariana, procedente de Firgas, Fermina González, con quien establece noviazgo. Ya, con anterioridad a su matrimonio, en el año 43, unieron sus fuerzas en la explotación de este y otros negocios ofreciendo además servicios de comidas y bebidas.

La motivación, coraje, buenas manos y empuje de Ferminita, junto con la experiencia con la masa de su cónyuge dieron como resultado experimentos iniciales. La buena relación de Ferminita con Pinito Yánez (que había sido repostera de una afamada Dulcería en el barrio de Vegueta, la Pastelería de Doña Ana González), hizo que esta última proporcionara recetas y consejos para la elaboración de muchos de los dulces tradicionales mantenidos hasta hoy día. Entre estos los pasteles de carne típicos de la Navidad.

 En sus inicios, sin todavía infraestructura, elaboraban los dulces en la trastienda del establecimiento que explotaban y los llevaban a guisar a una panadería cercana. Poco a poco fueron dando personalidad a los productos y la aceptación traspasó las fronteras del municipio. Llegados a este punto, optaron por instalar su primer establecimiento como Dulcería en la antigua Calle Coronel Rocha, hoy Calle de la Herrería, con maquinaria de segunda mano y un horno de gasoil. Posteriormente, la explotación aumentó la oferta con la elaboración de helados artesanales y el suministro de dulces a establecimientos de diferentes municipios de la isla.

En los años 70, trasladan el negocio a la actual Calle Nueva, donde continúa en explotación por la descendencia familiar, siendo sus hijos ya fallecidos, D. José Agustín y D. Juan Carlos Benítez, quienes, junto a sus respectivas esposas, se encargaron de mantener una tradición que, en la actualidad ha recaído en manos de una nueva generación con José Abián Benítez Santana, nieto de D. José y Doña. Ferminita, al frente del negocio.

Dulcería Benítez sigue más viva que nunca, fabricando los productos con las mismas recetas que antaño utilizaba Ferminita, la auténtica alma mater del negocio, y que formó escuela con sus dulces, “siempre elaborados con materia prima de primera calidad”. Una materia prima que le ha diferenciado siempre de las pastelerías actuales.

Otros Datos:
Entre las aficiones reconocidas de Pepe Benítez estaban por encima de todas la música. Formando parte de algunas Parrandas y de La Banda Municipal de Teror (clarinete).