Escritos del Alcalde

Dieciocho años

Por Juan de Dios Ramos, Alcalde de Teror
Cumplir 18 años es todo un acontecimiento en la vida. Se traspasa la frontera de la infancia – adolescencia para llegar a la edad adulta y la madurez. Es la edad en la que uno se quiere comer el mundo y sueña con una sociedad mucho más justa y respetuosa. Sin embargo, la mayoría de edad también significa empezar a tomar decisiones importantes que pueden marcar el resto de nuestra vida.

Yo he cumplido 18 años el pasado 15 de junio. Dieciocho años… de alcalde del Ayuntamiento de Teror. Y aunque en la política los tiempos pasan con mayor rapidez que en la vida real, debo reconocer que me siento como un joven de 18 años.

En este tiempo he conseguido hacer realidad muchos de los sueños que tenía a esa edad, en una época donde nuestro mayor sueño era luchar por la democracia y las libertades de las personas. He tenido el privilegio de ser elegido alcalde democráticamente con el apoyo mayoritario de los/as terorenses durante cinco legislaturas consecutivas, en un momento de la historia que muchos alcaldes anteriores hubiesen deseado; en plena democracia y en una etapa de esplendor económico como nunca antes había vivido la sociedad española.

En estos 18 años he intentado estar al lado de cada uno de los vecinos y vecinas de Teror cuando me han necesitado; he tratado de decidir en el momento justo lo que he considerado mejor para el bien de los ciudadanos y del municipio; he buscado respuestas donde a veces es imposible encontrarlas; he pensado en el futuro de nuestro municipio tomando lecciones del pasado y teniendo muy en cuenta el presente;he pasado momentos muy difíciles de verdadera tristeza al compartir el dolor de tantas personas que han sufrido la pérdida de seres queridos o situaciones trágicas;pero también he vivido los años más felices de mi vida, al participar de la emoción de un niño que recoge un premio, o la de un anciano homenajeado por toda una vida, y por tantas lecciones inolvidables que nos regalan cada día los ciudadanos.

He apagado las 18 velas de este cumpleaños con un solo deseo; el de seguir trabajando por mi municipio como lo he hecho hasta ahora, con el entusiasmo y la pasión de un joven de 18 años.

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