Historia del Teatro en Teror
Por Maribel Naranjo
Buenos días,
Mañana, 27 de Marzo, se conmemora el Día Internacional del Teatro. Este día se celebra en muchas y variadas formas. Una figura sobresaliente es invitada a compartir sus reflexiones sobre el teatro y la armonía internacional. Distintos Medios retransmiten el Mensaje a todos los rincones de los cinco continentes…
Yo, que llevo el gusanillo del Teatro muy arraigado, quiero compartir con ustedes mis modestas reflexiones haciendo un breve recorrido por los escenarios de nuestra Villa, que marcaron un hito en la historia del teatro en Teror.
Los primeros pasos se dieron en el Salón Parroquial (iniciados por generaciones anteriores a la mía).Quiero destacar, de mi época, las actuaciones que me traen los mejores recuerdos: obras cortas llenas de humor, como El vestido del Niño Jesús, La Taberna está cerrada; obras costumbristas canarias que producían carcajadas en el numeroso público asistente, recitados encadenados, que provocaron la risa de D. Antonio Socorro, lujosos desfiles de modelos… y dignos de mención son un precioso vals protagonizado por parejas, exquisitamente vestidas de época, que sorprendieron no sólo por su forma de danzar sino por la belleza de la coreografía. Asimismo quiero resaltar una danza húngara , cuya figura principal, la zíngara, encarnada por Mary Falcón , llenó el escenario de ritmo y colorido.
Capítulo aparte, y de gran valor, merecen las obras de teatro, los autos sacramentales, y, en especial, la clásica y tierna historia de Marcelino Pan y Vino, realizadas todas en el Colegio Salesiano, buena cuna de actores, de artistas que se forjaron o revelaron en ese entrañable Centro.
Dos zarzuelas, muy importantes, dieron a conocer la madera de artistas que aquí se tejía: La Verbena de la Paloma y Los Claveles, con muy buena crítica dentro y fuera de la Villa.
Posteriormente, nos introdujimos en LA GRAN ESCENA, en obras de tres actos escritas por dramaturgos consagrados en toda España.
Un grupo de jóvenes, casi adolescentes, a los que tuve el honor de dirigir, pusieron en escena Tengo un Millón y Las Tres Perfectas Casadas. Esta última, una obra de envergadura , con una trama muy fuerte, trágica, fue interpretada de tal forma que maravilló al siempre numeroso público, el cual les premió con un caluroso y largo aplauso.
A la par, comenzó a consagrarse el que se denominó Grupo Teatral de Teror.
Representamos obras diversas y de gran calado. Entre la Comedia y el Drama, este último fue más prolijo. Las voy a enumerar a medida que vayan surgiendo en mi mente, pues de todas conservo un recuerdo imborrable, una experiencia única: La Muralla, La Herida Luminosa, Aprobado en Inocencia, Okapi y La Tercera Palabra. Esta última, sinceramente, magistral en todos los aspectos. Con escenas que mostraban un abanico de sentimientos: desde el sarcasmo, la alegría o la ternura a otros cargados de tensión, brutales.
Diálogos hermosos, intensos, que hacían vibrar a un público rebosante de emoción, que se mantenía en vilo esperando el desenlace de la obra.
Tanto el director, Braulio, como los actores y cada miembro del atrezo, la luminotecnia y el decorado son dignos de elogio.
¡Qué piña formábamos y qué bien lo pasábamos en los ensayos¡ (Alguna vez el director se ponía frenético, pues, cuando mejor iba el ensayo, salía alguien con una chorrada y acabábamos riéndonos….. ¡Y vuelta a empezar!). No me resisto a nombrar a uno de los miembros, imprescindible en esta gran aventura que es el Teatro, pues era fabuloso: el Apuntador, Pepe Peña. Con su buen hacer conseguía que nos sintiéramos más seguros. Nuestra retina conserva su imagen dentro de la concha secándose la frente sudorosa.
También había buena cantera en El Palmar, que continúa hasta hoy.
Nuestro recinto teatral fue el Pabellón Victoria, el Cine. Una vez desaparecido este, hasta en los almacenes municipales se llegaron a realizar diversas actuaciones.
¡Si llegamos a contar con este magnífico y singular Auditorio! ¡ Nuestro Auditorio!
Valoramos poco las obras de teatro que en él se escenifican. Acude poca gente y, a veces, son más los foráneos que los terorenses.
¡Si es un lujo tenerlo al alcance de la mano! ¡Si la mayoría de las obras que se traen han sido representadas en teatros importantes de la capital, de la isla!
El Teatro, amigos escuchantes, forma parte de la Cultura ; por lo que creo que debemos fomentarlo, empaparnos de él con todos los sentidos y despertar en los niños la afición por el mismo. Las vivencias que nos aportan nos acompañarán siempre
LARGA VIDA AL TEATRO
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