Una sala con muchos recovecos
Por Maribel Naranjo
Hace dos semanas, en mi paseo por las aulas, me había quedado en la entrada de la sala principal.
Esta es una sala con muchos recovecos: La Eso, Bachiller de Humanidades, Científico, FP de Electricidad, Administrativo y Sanitario, los ciclos de Grado Medio y Superior… Todo un reto para estos «arquitectos» que trabajan, sin tregua, para completar la difícil, pero apasionante fase de ese inmenso Edificio que es LA ENSEÑANZA, LA EDUCACIÓN PÚBLICA SECUNDARIA.
Lo hacen con gran dedicación, pero con la inquietud de no saber cómo se va a decorar y cuántas puertas tendrá, ya que están previstas, por las Grandes Instancias, modificaciones, más recortes… ¿Cómo afectarán a los alumnos con dificultades que necesitan refuerzo? ¿y los profesores de apoyo necesarios?.
Y si a esto se añaden la descalificación, la infravaloración mediante informes en prensa (el tan cacareado informe Pisa que debió publicarse completo, no de forma sesgada, para poder tener elementos de juicio. Y, aún más, haber dado a conocer cómo se realizó y qué tipos de alumnos participaron en esa evaluación), descalificaciones también por parte de padres y autoridades educativas… ¡vamos! que estos constructores de la Enseñanza son casi héroes que hacen de tripas corazón, se apoyan entre sí (en su inmensa mayoría) y llevan a cabo una labor digna, al menos de reconocimiento.
Han hecho cambios para mejorar la disciplina, contando con un instructor muy válido (y no porque sea un centro conflictivo sino porque los conatos que puedan brotar hay que sofocarlos, sin demora, para que no dañen esta costosa Obra).
Los jóvenes se implican en su elaboración formando parte de diferentes comités: Comité de Derechos Humanos, Comité de Sostenibilidad, Comité de Escuelas Promotoras de Salud.
Cuando realizan salidas, actividades extraescolares, son felicitados por su comportamiento.En cuanto a resultados académicos, están por encima de la media en Canarias. Y, a pesar de esto, los profesores se muestran muy preocupados, sufren por los alumnos que no avanzan, por los que no tienen interés.
Para conseguir que todo funcione; ¡cuánta dedicación, cuánto esfuerzo por parte de estos «Arquitectos» de la Enseñanza aun faltándoles el apoyo, fundamental en una Obra de esta Envergadura!: el apoyo del AMPA que está agonizando. La dirección me comenta que están muy interesados, que van a embarcarse en la aventura de su resurgimiento y tiene esperanzas de su consecución.
Yo lanzo, desde este medio radiofónico, un SOS a los padres, pilares imprescindibles, necesarios para este Edificio que no puede levantarse con todas las garantías de éxito si ellos no empujan, no ayudan a que las herramientas, puestas en manos de sus hijos, cumplan la finalidad para las que han sido creadas.
Sin embargo, a pesar de las dificultades, de las pretensiones de los superiores, de la desmoralización que percibí en algunos compañeros con los que hablé; ¡cómo se animaban y sacaban a relucir su vocación, explicándome su misión, los utensilios que ponen en manos de sus alumnos para hacer posible que tomen conciencia de sí mismos, que opinen, que observen la realidad que les rodea y extraigan conclusiones!. En definitiva, conseguir que lo que trabajen allí se plasme, luego, en su vida.
Me encontré una biblioteca bien dotada- en la que los alumnos no solo pueden consultar, investigar, sino, además, organizar exposiciones, ya dentro de ella o en sus aledaños, de obras históricas, medioambientales, didácticas, de temas puntuales: la Paz, la Igualdad… Esas lecturas con actividades lúdicas. La comprensión lectora con la finalidad de obtener información, interpretar, reflexionar y valorar: elementos necesarios que les permitirán una formación y les abrirán puertas para descubrir, para asimilar mejor el resto de asignaturas en las que sus «contratistas» manejan materiales de primera calidad, los cuales ponen, en manos de sus «aprendices» y, juntos, revisten, hacen que la Educación Secundaria luzca en la medida que todos necesitamos y merecemos.
Y, así, cada uno en su parcela, en su materia; dentro y fuera de las aulas, en los departamentos, en casa, van planificando, dando forma a los proyectos que luego plasman en ese Centro lleno de vida, de prisas por llegar al lugar que les corresponde en cada momento para avanzar esa Obra de tanta importancia y que todos tendríamos que valorar.
Esta sociedad tiene que tomar conciencia, afrontar la problemática que rodea a esta grandiosa Construcción Pública, que podría tomarse por «frágil» si no constituimos una piña para que nadie pueda conseguir que se tambalee.
Señores técnicos de la Educación que dirigen y diseñan detrás de una mesa, padres que, desde sus casas, señalan al profesorado como la causa de todos los males (fustigados por los dirigentes que, sin rubor, afirman que los maestros ganan mucho, trabajan poco y disfrutan de muchas vacaciones) medios que difunden noticias insidiosas para desprestigiar la Educación Pública: dense un paseo por las aulas, recréense en la sala principal y descubran cómo se trabaja, los complicados engranajes que en ellas se usan y el alma que ponen los docentes en tan delicada tarea, a pesar de esos dardos envenenados.
¡Cuánto más fácil sería levantar esta exquisita Edificación si en un plato de la balanza pusiéramos lo positivo, que es mucho, y colaboráramos arrimando el hombro, para que el otro plato apenas se notase porque lo negativo se va diluyendo!.
Chapeau, queridos compañeros.
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