¿Dormir de un tirón?
Por Victor Valdivielso
¡Qué bien se levanta uno cuando ha dormido plácidamente! Nos encontramos de buen humor y mejor ánimo para afrontar el día.El sueño marcará cómo estaremos el resto del día;si hemos pasado una mala noche, el cansancio y el mal humor no tardarán en aparecer.
La mayoría de las personas encuentra en el sueño el relax necesario para desconectar del acelerado ritmo de la vida, las preocupaciones, el trabajo,el «no-trabajo», el estrés…Pero si bien todos dormimos, no descansamos de la misma manera.¿Acaso dormían nuestros abuelos con las mismas pautas de sueño conla que lo hacemos hoy? ¿Y si nos retrotraemos a un pueblo de Teror sin electricidad, con noches a la luz de un quinqué?Seguro que no viviríamos igual; seguro que nuestras pautas de sueñoserían muy diferentes.
Nos hemos acostumbrado a la división clásica de las veinticuatro horas deldía en ocho horas para trabajar, ocho horas para el sueño y ocho horas parala casa. Esta división del día es el resultado de las reivindicaciones obrerasacaecidas en los Estados Unidos de América durante el año 1886 en defensade una jornada laboral de 8 horas. Esto nos ha hecho asumir inconscientementeque de manera casi obligatoria son ocho las horas que debemos dormir; y si son de un tirón, pues mejor.
A principios de los años 90 del siglo pasado, el americano Thomas Wehr, a la sazón doctor en psiquiatría, hizo un experimento que inspiró otros muchos.Puso a un grupo de voluntarios sanos que durante un mes debían vivir con catorce horas diarias de oscuridad. Podían dormir todas las horas que quisieran. A la cuarta semana, dormían cerca de ocho horas en la oscuridad pero no lo hacíande forma seguida, sino que pasadas las primeras cuatro horas se despertaban por un periodo de una a dos horas para luego volver a conciliar el sueño por un espacio de tres a cuatro horas.
Este modo de dormir, en dos etapas con una intermedia de vigilia, se le ha dadoel nombre de «sueño bifásico», y era habitual en las sociedades antes de la Revolución Industrial y antes de la aparición de la electricidad. Hay referenciasde estas pautas de sueño en la mitología griega; en la Odisea de Homero, en dondese hace referencia al «primer sueño» y «segundo sueño». Y en medio, ese periodo de vigilia, que solía ser de una dos horas en las que la gente se mostraba muy activa:algunos leían a la luz de una vela, otros escribían, otros simplemente conversaban.Incluso, un manual de medicina francés del siglo XVI aconsejaba a las parejas queel mejor momento para concebir no era al final de un largo y laborioso día, sino después del «primer sueño».
Esta costumbre del «sueño bifásico» fue desapareciendo a medida que las diferentesclases sociales fueron teniendo acceso al interruptor de la luz, lo que los mantendríadespiertos hasta altas horas de la madrugada. Si se levanta a media noche puede que sea algún componente antropológicoque le marque unas pautas de «sueño bifásico»; así que no se preocupe, conciliaráel sueño de nuevo en un par de horas. Mientras tanto; lea, relájese, medite,… o hagacomo Unamuno: abríguese y pasee por este ‘Teror de sosiego donde tan bien se duerme’.
¡Buenos días, amig@s de Radio Teror!
Compartir en redes sociales