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APUNTE 19/11/2012

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¿Abrimos una ventana a la esperanza?
Por
Maribel Naranjo                                                                                                                               

                                                                   

El próximo veinticinco de noviembre no es un día de fiesta. No hay nada que celebrar. No hay nada que celebrar, mientras exista una sola mujer víctima de malos tratos físicos y sicológicos. No hay nada que celebrar, mientras continúen produciéndose el infanticidio femenino, la trata de niñas y mujeres, la ablación.

No, mientras exista el llamado DELITO DE COMBATE, es decir, el odio hacia el enemigo escenificado en la violación del cuerpo de la mujer por militares o fuerzas rebeldes, y delante de sus familias.

No, mientras más de diez millones de niñas son obligadas a contraer matrimonio y más de treinta millones viven en la calle expuestas a todo tipo de violencia.

No puede haber celebración hasta el día en que ni una sola niña sea víctima de abusos sexuales por parte de los mayores que se valen de su autoridad, de su estatus social o religioso, y, peor aún, de sus lazos familiares.

El veinticinco de noviembre es el lado oscuro respecto al ocho de marzo( día de la Mujer Trabajadora). Es decir, es un día en que denunciamos la situación y, de alguna manera, guardamos luto por las víctimas; por tanto, es un día de denuncia de la violencia machista.

La situación de crisis ha agudizado la violencia de género. Al respecto hay que señalar que, en época de recortes injustos, los más perjudicados han sido los avances en igualdad, de tal manera que se producen:

–    cierre de centros de acogida para mujeres maltratadas.
–    despidos que afectan más a las mujeres por tener mayor precariedad en el empleo.
–    paralización de las vías para la conciliación de la vida fami
liar y laboral.

mayores brechas salariales entre mujeres y hombres.

recortes en pensiones que afectan, mayoritariamente, a las personas con discapacidad y a las mujeres.

En definitiva, a los grupos más vulnerables.

España es el país de la Unión Europea con mayor desigualdad social y la Comunidad Autónoma de Canarias no se queda atrás; de hecho, las trabajadoras canarias cobran 3.300 euros menos que los hombres.

Y tenemos que hablar de cientos de mujeres ASESINADAS, pues si decimos mujeres víctimas en lugar de asesinadas, que es la realidad, no se pone el acento en el agresor o asesino, lo que sí se hace para otro tipo de delitos.

Por otro lado, la cifra que se transmite, además de ser sesgada es incompleta, dado que solo contempla las mujeres con resultado de muerte, pero no las que se quedan con lesiones o discapacitadas.

Insisto, en que la violencia de género ( o violencia machista) afecta no solo al maltrato físico y sicológico sino , además, a toda acción de las Instituciones  que, por activa o por pasiva, atente a la igualdad de género.

En conclusión, todo se sustenta en leyes, por lo que cabe destacar que:

La Declaración Universal de los DD.HH señala la igualdad como derecho humano.

La Constitución española, como derecho fundamental.

La  Ley Orgánica de Igualdad de Oportunidades es de obligado cumplimiento. Sin embargo, se aplican con mayor rigor las multas de tráfico que el cumplimiento de esta ley.

Es tal la importancia del número de víctimas, que, en otros países, han llegado a calificar este delito de FEMINICIDIO.

Como pueden comprobar, NO HAY NADA QUE CELEBRAR.

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