¡Bravo, Don Manuel! |
Concluía la Romería-Ofrenda a la Virgen del Pino, en la tarde del viernes 7 de septiembre, cuando nadie se imaginaba el contenido de los discursos de las autoridades civiles y eclesiásticas presentes, como cierre de la manifestación folklórica-religiosa. Tras la intervención del alcalde de Teror, Juan de Dios Ramos, lo hizo el Presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Migue Bravo de Laguna quien aprovechando la numerosa presencia de personas en la Ofrenda y la audiencia mayor aún de los muchos medios de Comunicación de la isla, se comprometió a restaurar el manto celeste de la Virgen del Pino, donado por la corporación insular grancanaria hace cincuenta años y cuyo estado de conservación es preocupante. El anuncio realizado de forma oficial por Bravo de Laguna solo fue contestado por parte de las autoridades eclesiásticas presentes por el Párroco de Teror, Manuel Reyes, en base al “envite” que le lanzó el presentador del acto, el periodista grancanario Antonio Betancor.
El Rector del Santuario, que llevaba escrita su intervención tras la Romería-Ofrenda, agradeció por supuesto el ofrecimiento del Cabildo Insular, pero dejando claro a Bravo de Laguna que no era el momento más adecuado para llevar a cabo esa iniciativa “dados los tiempos que corren, con la crisis económica”. Reyes Brito reconoció que antes que el mando de la Patrona hay otras necesidades que cubrir. Hay gente en Gran Canaria- vino a decir D. Manuel Reyes- pasando verdaderas necesidades, niños con una sola comida al día, familias que pierden su casa, personas a las que les cortan los suministros (luz,agua,etc) por impago…”La prioridad ahora- añadió el clérigo terorense-es dar de comer a los pobres antes que restaurar el manto de la Virgen. Esa restauración deberá esperar hasta que se pase la crisis, porque la Virgen del Pino tiene mantos que ponerse y los pobres lo necesitan más”.
Palabras inteligentes de nuestro amigo D. Manuel Reyes quien con palabras sencillas nos llevó al autentico espíritu evangélico de atender a los necesitados,a los pobres que por mor de la actual crisis económica los tenemos a miles en esta isla nuestra de Gran canaria, con numerosos parados y familias enteras pasándolo mal, muy mal. El párroco terosense puso el punto sobre las “íes” ante la clase política que sin mayores escrúpulos utilizan los impuestos de los sufridos contribuyentes grancanarios para dedicarlos a este tipo de cuestiones, aunque sea loable su destino.
Desde luego antes de hacer tal ofrecimiento de forma pública, el titular del Cabildo debió haber consultado o consensuado su iniciativa ante las autoridades religiosas. El párroco de Teror fue el único que puso las cosas en su justo punto, destacando lo imperioso de atender a los isleños que padecen auténtica hambre y lo están pasando mal. La amable “corrección” al político por parte del sacerdote galdense fue nítida y clara. Dejó patente que ya la crisis económica se ceba con los más débiles, a los que hay que atender en primer lugar…
El propio acto de la Romería-Ofrenda es todo un referente de la solidaridad de los grancanarios hacia los más desfavorecidos de esta sociedad. El contenido de las carretas que representan cada año a los 21 municipios de la isla lo resume todo: alimentos, fundamentalmente gofio, macarrones, frutas de todo tipo,pescado,etc etc; alimentos básicos que posteriormente serán repartidos por los distintos centros benéficos de Gran Canaria entre la gente que no tiene ni siquiera que comer.
El pregonero de las Fiestas del Pino de este año, José Alonso Morales también se posicionó días más tarde con el párroco terorense, aunque entendía que el Cabildo quisiera “recomponer” el manto azul regalado por esta corporación hace 50 años. Se identificó con el Párroco de Teror, ya que en un momento de pobreza tan radical como la presente, el dinero debe dedicarse a las personas que más lo necesitan”, añadiendo que sin duda es un gesto simbólico para que los cristianos aprendamos a compartir con la autentica Iglesia pobre; lo contrario, en las actuales circunstancias, sería un escándalo para muchas personas”.
En esta ocasión aplaudimos las valientes palabras de estas personas, compartiendo también el discurso nuestro Obispo D.Francisco Cases cuando el Día del Pino afirmaba que “la sobriedad y la austeridad que se reclama y se exige, no pueden afectar a los más débiles, a los desprotegidos de la vida, sino que, por el contrario, han de ser ellos los atendidos con preferencia”.
Por tanto la reparación del manto azul de la Virgen puede esperar. Ya se están produciendo recortes en capítulos como sanidad, educación, servicios sociales, etc como para que se hagan excepciones. La Virgen del Pino agradecerá el gesto de que esos dineros cabildicios se empleen en los más pobres… Seguro que sí.
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