¡Animalitos de Dios!Por Victor Valdivielso |
Y los animales comienzan a salir de sus madrigueras y escondrijos; a escalar la verticalidad de las paredes nocturnas, como el mal afamado perinqué; a molestar con las picaduras de las cada vez más extendidas avispas.
Y es que en verano, las altas temperaturas incitan a los animales a dejarse ver, a hacerse oir y a convertirse en lo que el terorense de espíritu, Francisco González Díaz, llamara “Animalismo Literario”, como las ranas que daban la bienvenida a Unamuno en esta Villa de Teror durante una estival noche de San Pedro.
Estos peñascos atlánticos que llevan a bien el nombre de “islas canoras” o cantoras debido a la presencia del pequeño pájaro de color amarillo. O, quizá, un nombre derivado de una jauría de enormes perros verdes. Unos perros verdes, símbolos de Gran Canaria, injustamente defenestrados del escudo archipielágico.
El escritor canario, Armas Marcelo, en su novela “Las Naves Quemadas”, nos narra un hipotético encuentro con estos canes silvestres cuando Juan Rejón desembarca, a principios de verano, en las arenas de unas playas insulares: “ … Sólo habían visto perros. Mejor dicho, las sombras de unos inmensos perros corredores, de piel enteramente verde. Perros que ladran, que trepan como fantasmas, como perfectos conocedores de la geografía… Perros cuyas fauces son enormes y que enseñan sus dientes en una mueca extraña que parece maldición de los infiernos…”
Como también llegado de los infiernos, esta vez de las profundidades abisales, cuando un impresionante monstruo marino encalla en las arenas negras de las playas de Agaete, durante el verano , el 2 de agosto de 1934. La prensa de la época nos informa de la siguiente manera:
“Captura de una descomunal tortuga. Según noticias de Agaete, en el puerto de Las Nieves fue capturada el lunes último, por unos pescadores, una fenomenal tortuga marina, que mide aproximadamente dos metros de largo por uno y medio de ancho. La enorme tortuga fue vista en la mañana del mismo día por unos pescadores en la playa denominada Guayedra, pudiendo ser enredada, después de grandes trabajos, en las mallas del trasmallo que se le tendió. A las cuatro de la tarde fue trasladada al muelle de Las Nieves, donde quedó fuertemente amarrada a una estaca. Parece que se hacen gestiones a fin de que el Museo Canario de Las Palmas la adquiera para hacerla figurar en su colección.” Se trataba de una enorme tortuga laúd que podría estar buscando alguna antigua playa.
Y de este enorme monstruo marino, pasamos a un pequeño mamífero terrestre: la musaraña de Osorio. Pequeño animalito terorense que se describió en 1989 como endemismo exclusivo de Gran Canaria pero que tras estudios genéticos y moleculares ha pasado a ser considerado como una subespecie introducida de musaraña gris. Los agricultores y campesinos se refieren a las musarañas desde tiempo inmemorial con los descriptivos nombres de “ratón hocicudo”, “ratón trompetudo”. Este pequeño topillo, vecino de Osorio, ha abierto el debate entre los expertos sobre los conceptos de especie invasora, naturalizada o endémica; sin plantearse, por parte de los científicos, que aquí en Teror también se es de donde se vive, no sólo de donde se nace.
¡Buenos días, Amigos de Radio Teror y a disfrutar de los animales durante este verano en las próximas Ferias de Ganado que se celebrarán en nuestro municipio!
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