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APUNTE 04/07/2012

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A la tercera va la vencidaPor Sebastián Sarmiento                                                                                                                                                                                                     chano_sarmiento_apunte

Increíble, pero cierto: a  estas alturas del siglo XXI, el nombre del aeropuerto de la isla de Gran Canaria no está claro para algunas compañías aéreas. Al menos para “Vueling Airlines”, el sábado 30 de junio, que en su vuelo VY-3046, Sevilla- Gran Canaria, la azafata de turno necesitó tres intentos para informar a los sorprendidos pasajeros a qué aeropuerto de las islas nos aproximábamos. La confusión podría estar originada por el desconocimiento de la tripulación a nuestro parecer de nacionalidad portuguesa, extremo que nos hizo pensar esto    tanto por el acento de la “inspirada” azafata como el nombre del comandante del avión.

“Señoras y señores, les informamos que dentro de 20 minutos aterrizaremos en el aeropuerto de Palma de Mallorca…” Al escuchar estas palabras la reacción de los pasajeros- en su mayor parte isleños- fue de hilaridad primero, y de chanza después. Aplausos,-con ironía-, risas y gritos de desaprobación… “¡Bien, bien…!”; “¡Bravo, bravo!”… En este ínterin, cuando  más arreciaban las muestras de descontento del pasaje, algún miembro de la tripulación debió advertirle a la espontanea locutora de su confusión, ya que sobre la marcha trató de corregir su equivocación, con tan poca fortuna que volvió a equivocarse: “Señoras y señores: dentro de 18 minutos aterrizaremos en el aeropuerto de Las Palmas de Gran Canaria…” ( sic). Nueva “metedura de pata” por parte de la azafata  y máxima reacción de los pasajeros que prorrumpieron masivamente, en forma de chanza y pitorreo, con gritos, con aplausos, advirtiéndole a la desconcertada  mujer que tampoco acertaba en esta ocasión. “En Las Palmas de Gran Canaria, no hay aeropuerto”, se oyó decir a uno de los pasajeros en plan sorna y aplaudiendo como un poseso… “¡Qué bien!. Nos llevan a la ciudad directamente”, decía otro, añadiendo” así no tendré que coger ningún taxi ni guagua de Global”…

El clima de jolgorio, con no poca tensión, fue subiendo de tono hasta que “a la tercera, fue la vencida”, como dice el refrán. La azafata, por fin, atinó con el nombre de la isla y de su aeropuerto. “Perdón, dentro de  15 minutos aterrizaremos en el aeropuerto de Gran Canaria…blá blá..blá”. Todos respiramos de alivio. La azafata había dado con el nombre exacto de la isla  y de su aeropuerto sin mayores problemas. El aterrizaje se produjo con normalidad pese al fuerte viento de norte que soplaba en aquel momento. Cuando la ruedas del aparato tomaron tierra, un estruendoso aplauso al piloto fue la coronación de un viaje que, afortunadamente, había sido  muy bueno. A excepción del atolondramiento de la  azafata en cuestión.

Este inesperado “affaire” nos hizo pensar en hechos parecidos en viajes anteriores y que habíamos protagonizado nosotros. Jamás habíamos visto el enfado de la gente canaria, como en este viaje. Si acaso, al abandonar el aparato y  si  nos tropezábamos con las  azafatas, les advertíamos  que la denominación correcta del aeropuerto no había sido la que se había escuchado por los altavoces del avión. Pero la chanza y la desaprobación  observada en ese viaje de “Vueling”, el sábado día 30, no lo habíamos observado en ocasiones del pasado.

Este hecho me hizo reflexionar sobre la responsabilidad de las autoridades de AENA o del Ministerio de Fomento o del propio Ministerio de Industria, Energía y Turismo — en manos de un canario, José Manuel Soria–, para evitar que este tipo de hechos que siguen sucediédose. Las equivocaciones siempre caen del mismo lado: de esta isla, ya que hay confusión con el nombre de la isla-Gran Canaria-; hay confusión con el nombre de la provincia de Las Palmas- que integran a las islas de Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa-, y el nombre de la propia capital- Las Palmas de Gran Canaria-. Para muchos Las Palmas es todo: la provincia, la isla y la capital. Y eso hay que erradicarlo de forma tajante. Si nosotros mismos tenemos esa confusión en nuestra conversaciones diarias, y no somos capaces de corregir, ¿cómo pretendemos que los de otras islas o los peninsulares o los mismos extranjeros lo digan correctamente?.

El Patronato de Turismo de Gran Canaria, que dirige Melchor Camón, debería insistir aún más ante las diferentes compañías aéreas sobre la autentica denominación de nuestra isla, para que no vuelva a ocurrir lo de este pasado sábado con la azafata de “Vueling”. Ya es hora de que la OACI, se decida a emplear las siglas GC o la sigla que mas se acerque a la realidad en el marcado de las maletas tanto en origen como en destino y desaparezca de una vez para siempre la confusa sigla de LPA, que nos colocan en las maletas cada que vez que salimos de Gran Canaria o viajamos a ella con origen en otro aeropuerto. La confusión en la denominación de nuestra isla sería menor.

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