Caminito de Teror… accesible
Por Heriberto Domínguez Rivero
Proyecto de Investigación MINORÍAS IN-VISIBLES. Un modelo de diseño para todos.

El reto estaba planteado: vivir la experiencia de subir a Teror como uno de los miles de peregrinos que lo hacen a lo largo de todo el año, pero con una dificultad añadida, ponerme en el lugar de una persona con movilidad reducida. Pongamos por caso que  me he hecho un esguince jugando al baloncesto.

Primera decisión importante: elegir desde dónde partir y escoger el medio de transporte más adecuado. Pues bien, salgo desde Piletas. Además de ser uno de los puntos de partida más frecuentados por quienes deciden ir caminando hasta Teror, es un lugar muy  familiar y cómodo para mí. Pero lo que no tengo tan claro es si subir hasta Teror en guagua o bien con algún conocido. Descartando la incomodidad de estar “jalando con muletas” en esa guagua, espero escoger la mejor elección y decido ir con mi hermana, pues es domingo y a ella también le apetece subir para aprovechar y visitar el famoso Mercadillo.

Acceder a Teror parece cada vez más fácil y rápido debido a las nuevas mejoras en carretera, especialmente con la construcción del viaducto en la GC-21, que ahorra un kilómetro y medio de recorrido. Esto hace que los peregrinos que durante todo el año se dirigen hacia el pueblo de la Patrona consigan cumplir sus promesas un rato antes, pero ¿realmente nos encontramos con un municipio accesible?.

Partiendo de esas mejoras en carretera, me pregunto si alguien se planteó alguna vez a la hora de proyectar el nuevo acceso al municipio, la posibilidad de combinar y habilitar una zona para automóviles y otra para los peregrinos. Esto subsanaría los graves inconvenientes que constantemente sufren los viandantes que necesitan acercarse o, simplemente, quieren visitar de una manera alternativa Teror. ¿Nos encontramos entonces ante una propuesta de diseño accesible para todos, o más bien un diseño para todos … los coches?. 

Sería muy recomendable crear el Camino del Pino por medio de la recuperación y conservación de los caminos reales como propuesta alternativa al acceso motorizado, y con un proyecto de señalización similar al popular Camino de Santiago. Podría convertirse en un reclamo turístico. Durante todo el año, y no sólo en las fechas cercanas a la festividad del Pino.

*****

Es domingo. Las diez menos cuarto de la mañana. Parece que llegamos a la Villa Mariana cómodamente y sin grandes  complicaciones, recuerden que la caravana que se forma en la entrada del pueblo por los domingueros que quieren oxigenarse de la capi suele ser más tarde, a eso de las 12,00 h. Umm, parece que los problemas se acercan. Como no tenemos posibilidad alguna de encontrar aparcamiento, dejamos el coche en el parking. Mira, total, vamos a estar un ratito y lo pagamos entre los dos – dijimos nosotros. Además está ubicado en el mejor sitio posible, justo debajo de la Plaza donde se concentra gran parte del Mercadillo, junto al  Auditorio y la misma Basílica del Pino. Pero con lo que no contábamos, aparte de pagar el aparcamiento, era con la dificultad de encontrar un ascensor para acceder a la plaza desde el parking. Dadas mis condiciones -recuerden que tenía un esguince- se me plantearon dos opciones: que mi hermana sacara el coche, o  subir lentamente con el esguince y las muletas esas escalera estrechas en las que no paran de bajar familias y padres con los carritos de bebés.

Bueno, como todavía es temprano y no tenemos prisa, -son las 10,30 horas-, decidimos salir al exterior con mucha paciencia por el acceso de entrada de los coches y nos dirigimos a la Iglesia.  Y aquí me encontré sin poder subir al Camarín de la Virgen debido a que el ascensor nunca ha estado en funcionamiento. Nos gozamos una estupenda misa de a 11 con don Manuel. Parece que ese ratito nos relajó de la angustia que habíamos pasado anteriormente en el aparcamiento, pero poco me iba a durar. Mi hermana no se conformó con curiosear en el entrañable pero a la vez atropellado Mercadillo, también quiso entrar en las estupendas tiendas de hogar de Luis y Juan Francisco, en la mítica tienda de Virgilio y hasta en la nueva tienda de Pedro Campos. A esas me quedó magua de no entrar, pero el acceso era en muchas de las tiendas por medio de un inevitable e impertinente escalón. Pues bien, finalmente decidí descansar en un banco situado al lado de la Casa Consistorial, comiéndome un bocadillo de chorizo Teror que había pedido en Ca´Pepito Falcón.

Sin tantas molestias hubiésemos realizado la visita en una horita y media como una persona normal, pero,  ¿acaso no lo somos?

****

Esta situación, que podría ser realidad, pone de manifiesto las dificultades que pueden experimentar muchas personas con discapacidad física para moverse en el Casco Histórico de Teror, y fundamenta en este caso, la intención de desarrollar en una Tesis Doctoral la elaboración de un Plan Integral o Proyecto de Accesibilidad de Teror, con el fin de establecer las directrices apropiadas para conseguir un municipio adaptado a las personas por medio de un Diseño para Todos, incluyendo a personas mayores, personas con alguna discapacidad o problemas de movilidad temporal como mi esguince.

Con esta iniciativa podremos conseguir que todas las personas, independientemente de su edad, género, capacidades o minusvalía y bagaje cultural, puedan participar en igualdad de oportunidades en esta sociedad. Es decir, de la misma manera que cualquier ciudadano debería haber tenido las mismas posibilidades de poder acudir a hablar con el alcalde subiendo esas enormes escaleras de la antigua Casa Consistorial, todos los fieles y creyentes tendrían que tener la misma facilidad para acceder al Camarín donde se encuentra la imagen de  la Virgen del Pino.

(-) Teror es un lugar que se caracteriza por apostar por el entorno y los valores sociales. Actualmente cuenta con un plan de recuperación y rehabilitación del Casco histórico que en ningún caso pugna con la propuesta de futuro de elaboración y redacción de un Plan Estratégico en la que tiene cabida un proyecto de Accesibilidad y Diseño Universal. Con todo ello, podemos conseguir que la Villa Mariana se convierta en un referente en accesibilidad en Gran Canaria, con la posibilidad de alcanzar grandes beneficios económicos por medio del Turismo Accesible, conseguir una mejora en la calidad de vida del ciudadano por medio de la eliminación de barreras arquitectónicas y proyectos accesibles que favorezcan la integración y participación de todos los habitantes sin ningún tipo de exclusión. Debemos diseñar un municipio en el que personas en silla de ruedas o igualmente padres que lleven a sus hijos en cochecito,  personas mayores o un adolescente con un esguince y que lleva muletas, puedan disfrutar sin exclusiones y en igualdad de condiciones del Mercadillo Municipal, la Plaza Teresa Bolívar, las instalaciones del nuevo Ayuntamiento y de la Calle Real por la que podemos acceder hasta el santuario de la Patrona la Virgen del PIno.

Y como dice la conocida canción de Néstor Álamo, “VAMOS, VEN Y NO ME DEJES CAMINITO DE TEROR” …,  pongamos también ACCESIBLE.