Sin categoría

APUNTE 16/05/2012

el_apunte_cabecera

¡Feliz Cumpleaños, 15-M!
Por Sebastián Sarmiento

El Movimiento de los indignados, integrados en distintas plataformas ciudadanas, conocidas como el 15-M, cumplía ayer, 15 de mayo, su primer año de existencia, sin que haya perdido fuerza, al menos en España. La  “Puerta del Sol”, la “Plaza de Cataluña”, o aquí en  Gran Canaria, el “Parque de San Telmo”, han vuelto a ser testigos directos de lo que decimos. Por lo tanto, transcurrido un año, el Movimiento  15-M  se ha demostrado como un verdadero y autentico ser vivo: ha madurado, ha perdido su inocencia inicial y quizás un poco de vigor juvenil, pero la verdad es que se ha reproducido e incluso ha infectado- en el buen sentido del término- la política convencional.

Ha mantenido su espíritu de no violencia y el rechazo de las soluciones políticas que se están aplicando a la crisis en toda Europa. Como alguien ha dicho, el 15-M, desde el principio fue y sigue siéndolo, una revolución amable y respetuosa con las personas que sufren las consecuencias de la crisis económica y un aldabonazo a nuestras conciencias. Desde el primer momento, el 15-M, alimentado por la Plataforma “Democracia real, ya”, se reveló como un fenómeno de izquierda, auspiciado por el convencimiento de que las estructuras de la política convencional no son permeables al humor social, articulando otros mecanismos de participación y debate social.

El 15-M es un movimiento horizontal, que desecha  las estructuras de la política tradicional. Si sus miembros afirman que  los políticos  no les representan, es que consideran que se representan ellos, y por tanto se responsabilizan de sus acciones en cada momento. En este sentido es importante el concepto de responsabilidad, porque la gestión política parece no dejar de enviar “vida” a este nuevo activismo social, al encaminarse en toda Europa- y de modo particular en España- en sentido contrario a las reivindicaciones de los indignados, con medidas o “ajustes” que repercuten  sobre las clases medias y bajas de la sociedad, desarbolando los sistemas de protección mientras se protege el financiero. Alguien podría decir que los gobiernos europeos, en su mayoría,  tratan de apagar los incendios sociales con gasolina, recortando servicios al tiempo que se anuncia la criminalización del activismo callejero o virtual, aprobando en otros casos amnistías fiscales a la vez que se destituye  a los responsables de la lucha contra el fraude fiscal o se realiza paulatinamente el control político sobre los medios de comunicación públicos.

A principios del año 2011, Stéphane  Hessel, nos lanzaba a todos su propuesta de indignarse ante todo lo que está ocurriendo en nuestra sociedad, en el ámbito europeo, haciéndonos ver la necesidad de un cambio a través de la creación, la no violencia y la resistencia. Hessel  afirmaba entonces que “es verdad que las razones para estar indignados pueden verse hoy menos claramente relacionadas o el mundo se ha vuelto demasiado complejo. ¿Quién está haciendo el ordenamiento?, ¿quién lo decide ?. No siempre es sencillo diferenciar entre todas las corrientes que nos gobiernan…  Le digo a los jóvenes: La peor de las actitudes es la indiferencia; decir “No puedo hacer nada contra eso. Ya me las arreglaré para salir adelante”. Por incluirte a ti mismo en esto, pierdes uno de los elementos que hacen al ser humano: la facultad de indignarse y el compromiso que es una consecuencia de lo primero”.

Un año después, siguen existiendo las razones para indignarse. Y por eso la gente ha salido a la calle. Ha salido más gente  de distintas edades, y sobre todo los afectados por los “recortes” en educación y en sanidad. Lo importante es que un año después, se mantiene la conciencia crítica. Y descubren  que en toda Europa no mandan los políticos  sino los poderes financieros.

Los “indignados” en mayo del 2012 han salido a la calle para mantener viva la antorcha de sus reivindicaciones sociales. Han vuelto a pedir a los gobernantes más transparencia en nuestro sistema democrático.  La gente ha vuelto a salir a la calle: gente joven pero sobre todo gente mayor, desesperada y desencantada con los actuales políticos… Todos ellos opinan que  el 15-M prestó buena parte del apoyo a aquellas concentraciones, a pesar de pensar que los partidos convencionales y los sindicatos son una fórmula de representación política superada.

Por todo ello, 365 días después, el 15-M se enfrenta a nuevos retos y renovadas indignaciones. Las circunstancias son ahora diferentes a las del año pasado. La crisis se ha cebado con las más pobres y los gobiernos europeos, como el nuestro, han realizado recortes brutales y en algunos casos injustos. Sin embargo los efectos de estas medidas y de la crisis no se han llevado por delante la ilusión de muchas personas que han vuelto a manifestar su indignación en nuestras calles.

Únicamente en lo que no estamos de acuerdo con el 15-M es en lo relativo a la representatividad política. Hoy por hoy no hay otro sistema más eficaz para elegir a nuestros representantes sino las urnas. Así que el sufragio universal es el instrumento más apropiado para elegir a los que nos representan en las Cortes españolas. Y además lo expresa de forma clara nuestra Constitución.

Compartir en redes sociales