Caminar
Por Víctor Valdivielso
Ahora que los fríos del invierno van remitiendo es cuando empieza a apetecer esos paseos que con la excusa de estirar las piernas tanto bien nos reporta a nuestra salud.
Está más que demostrado que el ejercicio físico redunda en nuestro bienestar. Los últimos consejos médicos sugieren que unos 150 minutos, como mínimo, de actividad física a la semana tendrían consecuencias tan positivas en el organismo como para prolongar nuestra esperanza de vida en tres años. A su vez, estudios en medicina deportiva indican que llevar un estilo de vida sedentario, pegados al ordenador o televisor durante unas cinco horas al día podría adelantar nuestra fecha de caducidad en unos seis años.
El ejercicio como mera imposición a realizar una actividad física puede que no resulte muy atrayente para las personas a las que el deporte jamás les ha llamado la atención.Para ellos -y todos nosotros- caminar es una buena opción. Es una actividad asequible, económicamente rentable y fácil de realizar. Es el ejercicio más sencillo. De hecho, es lo que hacemos de forma natural para desplazarnos en la vida cotidiana. Apenas unos zapatos cómodos y ropa apropiada son necesarios para llevarlo a cabo. Pero sobre todo hace falta una buena dosis de ganas: ganas de disfrutar de la vida con salud, optimismo y buen humor.
Podemos caminar a solas, en pareja, en grupo; podemos caminar observando el espacio que nos rodea: las montañas, los aromas y colores de la tierra; podemos caminar escuchando los sonidos de la naturaleza o también, por qué no, escuchando Radio Teror en nuestros auriculares.
Teror patea, anda por sus paseos, se adentra por sus angostos vericuetos que nos llevan hasta lo más alto de la Villa.Qué bonita casualidad que uno de los paseos más elegido por nuestros convecinos para caminar lleve el nombre del escritor que tanto nos animó a cuidar y descubrir nuestra naturaleza, proponiendo la creación de «sociedades excursionistas», y que con tanto éxito desarrollamos cien años después con nuestros «grupos de senderistas».
Don Francisco González Díaz nos incitaba a impulsar el «excursionismo» en grupo, ya que, decía él:»… Abren horizontes nuevos, excitan las facultades perceptivas y discursivas, crean lazos fuertes de compañerismo, enseñan a ver, a comparar a amar la tierra en que se nació, con pleno conocimiento de causa…»
Lo dicho, Teror está hecho para caminarlo en todos los sentidos…
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