Sin categoría

APUNTE 23/02/2012

el_apunte_cabecera

Pájaros en la cabeza
Por Víctor Valdivielso

Hace unas pocas semanas que en la Finca de Osorio unos pichones de paloma decidían romper el cascarón.La noticia no tendría mayor trascendencia si no fuera porque esos pollitos pertenecen a una de esas especies que dejaron de volar los cielos de Gran Canaria  en tiempos no muy remotos.
Nuestro pinzón azul sigue siendo una de las aves más amenazadas a escala mundial; un paseo por las cumbres y se nos hace muy difícil observar a los negros cuervos, ya que las parejas nidificantes apenas llegan a la decena; en los últimos treinta años no se han localizado nidos de guincho o águila pescadora en las costas de Gran Canaria. Es por esto, que las crías terorenses de paloma rabiche representan un apasionante vuelo a la esperanza.

Las aves son testimonios vivos del estado de conservación del medio ambiente. La ausencia de pajaritos nos indicaría que el entorno que nos rodea no goza de buena salud. Afortunadamente, podríamos afirmar que las aves que surcan los cielos de Teror, por su variedad y cantidad, convierten a nuestros barrancos, lomos y montañas en un santuario de la avifauna.

En estos tiempos de crisis que empujan al desánimo, propongo levantar la vista del suelo y contemplar:ver las nubes, los árboles, apreciar la frescura del agua, oir los trinos de los pájaros…

Nos decía nuestro primer Ilustrado, José de Viera y Clavijo: » ¡Cuántos nacen, viven y mueren en un territorio como el nuestro, sin conocer lo que ven, sin saber lo que pisan, sin detenerse en lo que encuentran! Para ellos las plantas más singulares no son sino yerbas; las piedras y las tierras,casi todas una; los pájaros, los mismos que los de otras provincias,…»

Estudiemos nuestra biodiversidad y hagamos de ella una fuente de conocimiento y recurso económico. Disponemos de los medios básicos para atraer turistas interesados en la observación de aves. Un perfil de turista especializado, con un nivel de estudios elevado, que viaja en pequeños grupos y  con una estancia de una semana en la que compaginan el avistamiento de aves con intereses culturales y gastronómicos de la zona que visitan.

El turismo ornitológico sería un complemento  a una oferta rural en la que Teror podría aprovechar todo su potencial medioambiental.Sobre todo,si tenemos en cuenta que en su municipio se sitúa esa pepita de oro para la observación de aves en su entorno natural como es la Finca de Osorio…
Quizá sea el momento propicio para empezar a «tener pájaros en la cabeza».

Compartir en redes sociales