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Teror dice adiós a una de sus palmeras centenarias

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  SINPALMERA

Teror se despidió el viernes 13 de julio de la palmera canaria que durante más de un siglo y medio ha permanecido en la Plaza Teresa de Bolivar. Por motivos de seguridad, el ejemplar tuvo que ser retirado debido a su deterioro en el tronco, con orificios que se han ido agrandando con el tiempo, y la peligrosidad que suponía para los usuarios de la Plaza y viviendas del entorno, según constató recientemente un informe emitido por un equipo técnico de la Viceconsejería de Medio  Ambiente del Gobierno de Canarias.

> DESAPARECE LA PALMA DE LA PLAZA TERESA DE BOLÍVAR / José Luis Yánez (Cronista Oficial)
> VER FOTOS DEL PROCESO DE RETIRADA 


 
La eliminación de la palmera se realizó según el plan de seguridad previsto, sin ocasionar ningún incidente en el transcurso de la actuación dirigida desde la Oficina Técnica Municipal. La retirada del ejemplar de la especie Phoenix canariensis de 26 metros de altura y cerca de 10 toneladas de peso (según los datos aportados por los técnicos), se realizó desde las 8 de la mañana hasta la 1 del mediodía. En primer lugar se procedió a la poda de las palmas y, posteriormente, se cortó el tronco en tres tramos hasta alcanzar la base a casi un metro de altura, que fue retirada en último lugar.

 

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Tras la actuación realizada por una empresa especializada utilizando una grúa de gran alcance, los técnicos municipales ratificaron el mal estado del interior de la palmera en la parte afectada por varias oquedades, que había sido reforzada por el Ayuntamiento hace unos años con una estructura metálica para prevenir que se pudiera partir y al mismo tiempo evitar su tala.

Sin embargo, los informes técnicos recomendaron la eliminación inmediata del árbol “ya que en condiciones meteorológicas adversas corre el riesgo de caída, pudiendo ocasionar graves daños a los viandantes y viviendas colindantes”.

Esta palmera era todo un icono para muchos turistas que visitaban la Plaza Teresa de Bolívar. De hecho era el árbol más antiguo que se conservaba en la Plaza y uno de los más viejos del Casco Histórico.  El Ayuntamiento de Teror tiene previsto reponer en la zona el vacío de la vieja palmera por un nuevo ejemplar.

El cronista oficial de Teror, José Luis Yánez, ha publicado hoy en su facebook un interesante artículo (que trasladamos aquí) sobre esta palmera que ha visto crecer varias generaciones de terorenses y grancanarios.

 

DESAPARECE LA PALMA DE LA PLAZA TERESA DE BOLÍVAR, EN TEROR
José Luis Yánez Rodríguez

En 1783, doña Ana Romero y Vibero compraba al subteniente de milicias, vecino de Telde, don José Ortega, el llamado “Cercadito” que, junto a la Plaza de Nª Sª del Pino, era uno de los pocos espacios sin edificar en las inmediaciones de la Basílica. Posteriormente pasaría por herencia a don Isidoro Romero y Ceballos y después a sus herederos sucesivos, don Pablo Romero y Matos y don Pablo Romero y Palomino. A partir del fallecimiento de éste y ruina de la casa de Romero, en 1885 pasó a manos de don Manuel Acosta Sarmiento, que fuera alcalde la Villa durante un dilatado espacio de tiempo, de ahí que fuera conocida hasta hace poco y así aparezca en documentos oficiales como la “Huerta de Acosta”. Vendido posteriormente a “las niñas de Osorio”, doña Luisa y doña Elvira del Castillo, éstas lo traspasarían a su vez en los años 50 del pasado siglo, por iniciativa del concejal Carlos Acosta, al Ayuntamiento de Teror, que instaló en este lugar la bellísima Plaza de Teresa de Bolívar, a propuesta del entonces Cronista de la Villa, don Néstor Álamo.
Viene esta relación a cuento de que hoy, 13 de julio de 2012, acaba de desaparecer (por cuestiones de seguridad) el último ejemplar vegetal que quedaba en la Plaza del antiguo cercado y jardín: la palmera centenaria. 

El cálculo es fácil y coincide con el que han hecho los técnicos; si tal como aparece en esta foto de fines del siglo XIX, ya por entonces tenía una altura aproximada a los 10 ó 12 metros, este ejemplar de “Phoenix Canariensis” fue plantado en la Huerta mediando el siglo XIX, con lo que se acercaba ya a los 160 años. 

No es lástima,…. es esa cosita que se queda cuando se pierde un ser vivo (la palmera pese a su estado, aparecía rozagante y verde) que ha acompañado la historia de la Villa desde que en España reinaba Isabel II y las Canarias comenzaban a aprovecharse de los beneficios de la Ley de Puertos Francos.

Espero que sea prontamente sustituida (tal como se ha prometido) por otro ejemplar de Palma o Palmera que, al menos, acompañe la vida de los terorenses hasta el siglo XXII.
¡Saludos y felicidad para todos!

 

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